domingo, 17 de julio de 2016

LA REALIDAD DE LA AMBICIÓN SIN FONDO

LA REALIDAD DE LA AMBICIÓN SIN FONDO

Pareciera que la ingenuidad y la inocencia fueran el fundamento de nuestras acciones, o de nuestras convicciones, como sociedad o como Estado; no de otra manera se puede entender que cuando un funcionario cualquiera sale a la palestra pública a resaltar las políticas ambientales y ecológicas ejecutadas por los gobiernos anteriores, y anuncia como panacea las nuevas metas del actual, sobre nuevas políticas de conservación y protección de los ecosistemas forestales, sean creídas por todo el mundo cuando estos, los ecosistemas, en la cruda realidad ya no existen o están desapareciendo a pasos agigantados.

No podemos seguir celebrando titulares vacíos o vanas intenciones, lo que modifica lo que está ocurriendo, en materia ambiental, es que exista ESTADO, con una SOCIEDAD viva y activa en la toma de decisiones trascendentales, que el Estado sea más fuerte que las empresas o los individuos y que tenga como idea clara que lo que quiere hacer es para beneficiar a todos y no solo a esos pocos.                                                                          

Mientras persista la ley del más fuerte, o la "ley de la selva", solo triunfaran los dueños del capital, y mucho más en un sistema económico-social como el capitalismo (actualmente el sistema hegemónico) que lo que pregona y sostiene es que la prosperidad general está basada en la propiedad privada de los medios de producción y en la ambición personal por el dinero como generador de riqueza, otros rasgos característicos de este sistema son la libertad de empresa, la libertad del mercado para producir y vender, con la mínima restricción por parte de los poderes públicos del Estado en las tareas de fiscalización económica y en cualquier otra, dejando estas funciones en manos de los sectores privados que lo único que buscan es el rendimiento, la productividad y el lucro.                                                                                                                                                    ¿Creen ustedes, que con estas premisas, el ambiente tiene futuro?

El asunto no es cuestión de nuevas leyes o normas, la cuestión es un sistema con normas o leyes diferentes a la explotación y al lucro.

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