martes, 12 de julio de 2016

AL FARO SIN LUZ

AL FARO SIN LUZ

Hay momentos claves en las vidas de los hombres, son esos donde se ponen en juego decisiones trascendentales que la harán más placentera o más sufrida, y en todos esos instantes es fundamental la educación que se ha podido tener, junto a la cultura que se haya cultivado.                                  

 Es así que el que ha tenido poca, se conforma con muy poco, vende la felicidad momentánea, y con ella el futuro de los hijos, al feriarla al mejor postor, que en la puja de esta hipotética subasta no supera un plato de lentejas frías y duras.                                                                                                                                                     
 Mientras tanto, el que tiene mucha, se satisface mucho con sí mismo y por eso solo toma dos caminos, o se sustrae del poder y se sacia con su alegría personal, u opta por lo que hacen pocos, y es que piden mucho a cambio de dominar, por creerse mucho más que los demás.                                                                                          
 Es una cruel y triste paradoja de la existencia humana, pues como raza somos poseedores del conocimiento universal, donde ya sabemos que está bien y que está mal, pero como individuos de la actual sociedad, estamos presos de nuestras malas decisiones, que se manifiestan con las limitaciones permanentes, las mismas que se ven exacerbadas por la ineptitud moral de usufructuar el  saber, que por tanto tiempo se ha cosechado y que hoy, para desgracia de toda la humanidad, es el lastre del que se aprovechan los dueños del poder, para hundirnos en un océano de oscuridad social, destruyendo u ocultando permanentemente la luz guía del faro intelectual.


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