EL CÍRCULO DE LAS DROGAS: EL ESCAPE A LA REALIDAD, O LA REALIDAD DEL
MAL
Hace poco, se hizo pública una encuesta sobre el consumo de
drogas en Colombia, y nos escandalizábamos por las altas cifras de las
distintas sustancias que la juventud, los estudiantes y podríamos hablar que casi
todo el mundo están usando ( debemos considerar o reconocer que esas cifras
escandalosas no representan la verdadera dimensión del asunto, pues también es
bien sabido que un alto porcentaje de los encuestados no dicen toda la verdad
en este tipo de encuesta), y a la par, se han ido conociendo las otras cifras,
las que representan ese consumo en lo económico y en la salud física y mental
de los colombianos, corroborándose y demostrándose el gigantesco negocio
interno que existe alrededor del tema, pero esto no es solo aquí, el problema es
en todo el mundo, pues a la vez, permanentemente salen también noticias sobre
el variado y alto consumo de todo tipo de drogas en el resto del planeta.
Aunque las drogas psicotrópicas siempre han existido, es
ahora cuando han alcanzado niveles alarmantes, masivos, de producciones industriales,
que las hacen accesibles para todo el mundo y así el tema toma otro cariz. Antes las drogas se usaban, al inicio de
nuestra evolución, casualmente, porque se encontraban en los recorridos que el
hombre hacia buscando comida, se conoce que así los animales también las usan; o
porque posteriormente, con el conocimiento y el poder, las fueron usando los
sacerdotes, los chamanes, los médicos, para llegar a hoy que las usa cualquier persona
sana o enferma, da igual, con las drogas legales de las farmacéuticas a través
de los doctores, graduados como moscas en universidades de garaje, convertidos, tristemente la mayoría, en simples
mandaderos de esas industrias y recetándolas a diestra y siniestra, y que son los
rituales aceptados en tratamientos contra diversos males y enfermedades, se han
apropiado y abusando de ellas, existen de todo tipo y estilo, en pepitas, en
cremitas y en góticas, para la presión y para la tensión, para los
triglicéridos y el colesterol, para el ánimo y la motivación, para la próstata
o la erección; para culminar en los explotadores de las drogas, los que
producen drogas aprovechándose de la alegría o de la desilusión de la gente,
los hoy mercaderes de la muerte, que se han topado con una mina de oro, un
tesoro, donde millones de hombres están encontrando en las drogas o los canales
de escape a la cruda y hasta cruel realidad que les está tocando vivir o el
único medio de encontrar la felicidad.
El punto al que quiero llegar, es que este sistema actual
preponderante, el Capitalismo en su grado más salvaje, en la publicidad de sus
bondades, nos vende, a la mayoría, un mundo irreal, uno donde el hombre moderno
ha aumentado las expectativas de viva, sí, pero ha venido desmejorado el
entorno y las esperanzas de un mundo posible, agrandado las miserias humanas,
destruyendo a la par el paraíso donde se debía o debe desarrollar esa vida
feliz que tanto nos publicitan. Es un círculo vicioso, pues el otro mundo, que
es igual de irreal, ese otro donde las élites han creado sus fortalezas y creen
que viven en un mundo ideal, que no deja de ser igual de virtual al que al
resto nos están obligando a vivir, donde creen, están convencidos de ello, que el
resto somos felices con nuestras necesidades y problemas, generados
principalmente por el afán de lucro de las empresas y compañías que son
propiedad de esas mismas élites. Creo,
que las drogas hacen parte de ese círculo mortal, donde unos pocos logran vivir
sus vidas de una forma irreal para la mayoría, y todos los demás vivimos una
vida real y triste, llena de limitaciones, de explotación, de trabajar como
burros como obligación de la vida, donde solo somos felices en los sueños, en donde
soñamos y creemos, ingenuamente, que de esas élites saldrá la decisión de
romper ese círculo que nos ahoga, ignorando estúpidamente que el escape hoy
buscado, las drogas, son igualmente propiedad y propósito de los dueños del
poder, los violadores del mundo y del hombre, las mismas élites que nos dominan.
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