martes, 5 de julio de 2016

EL CÍRCULO DE LAS DROGAS: EL ESCAPE A LA REALIDAD, O LA REALIDAD DEL MAL

EL CÍRCULO DE LAS DROGAS: EL ESCAPE A LA REALIDAD, O LA REALIDAD DEL MAL

Hace poco, se hizo pública una encuesta sobre el consumo de drogas en Colombia, y nos escandalizábamos por las altas cifras de las distintas sustancias que la juventud, los estudiantes y podríamos hablar que casi todo el mundo están usando ( debemos considerar o reconocer que esas cifras escandalosas no representan la verdadera dimensión del asunto, pues también es bien sabido que un alto porcentaje de los encuestados no dicen toda la verdad en este tipo de encuesta), y a la par, se han ido conociendo las otras cifras, las que representan ese consumo en lo económico y en la salud física y mental de los colombianos, corroborándose y demostrándose el gigantesco negocio interno que existe alrededor del tema, pero esto no es solo aquí, el problema es en todo el mundo, pues a la vez, permanentemente salen también noticias sobre el variado y alto consumo de todo tipo de drogas en el resto del planeta.
Aunque las drogas psicotrópicas siempre han existido, es ahora cuando han alcanzado niveles alarmantes, masivos, de producciones industriales, que las hacen accesibles para todo el mundo y así el tema toma otro cariz.  Antes las drogas se usaban, al inicio de nuestra evolución, casualmente, porque se encontraban en los recorridos que el hombre hacia buscando comida, se conoce que así los animales también las usan; o porque posteriormente, con el conocimiento y el poder, las fueron usando los sacerdotes, los chamanes, los médicos, para llegar a hoy que las usa cualquier persona sana o enferma, da igual, con las drogas legales de las farmacéuticas a través de los doctores, graduados como moscas en universidades de garaje,  convertidos, tristemente la mayoría, en simples mandaderos de esas industrias y recetándolas a diestra y siniestra, y que son los rituales aceptados en tratamientos contra diversos males y enfermedades, se han apropiado y abusando de ellas, existen de todo tipo y estilo, en pepitas, en cremitas y en góticas, para la presión y para la tensión, para los triglicéridos y el colesterol, para el ánimo y la motivación, para la próstata o la erección; para culminar en los explotadores de las drogas, los que producen drogas aprovechándose de la alegría o de la desilusión de la gente, los hoy mercaderes de la muerte, que se han topado con una mina de oro, un tesoro, donde millones de hombres están encontrando en las drogas o los canales de escape a la cruda y hasta cruel realidad que les está tocando vivir o el único medio de encontrar la felicidad.
El punto al que quiero llegar, es que este sistema actual preponderante, el Capitalismo en su grado más salvaje, en la publicidad de sus bondades, nos vende, a la mayoría, un mundo irreal, uno donde el hombre moderno ha aumentado las expectativas de viva, sí, pero ha venido desmejorado el entorno y las esperanzas de un mundo posible, agrandado las miserias humanas, destruyendo a la par el paraíso donde se debía o debe desarrollar esa vida feliz que tanto nos publicitan. Es un círculo vicioso, pues el otro mundo, que es igual de irreal, ese otro donde las élites han creado sus fortalezas y creen que viven en un mundo ideal, que no deja de ser igual de virtual al que al resto nos están obligando a vivir, donde creen, están convencidos de ello, que el resto somos felices con nuestras necesidades y problemas, generados principalmente por el afán de lucro de las empresas y compañías que son propiedad de esas mismas élites.                                                                                                       Creo, que las drogas hacen parte de ese círculo mortal, donde unos pocos logran vivir sus vidas de una forma irreal para la mayoría, y todos los demás vivimos una vida real y triste, llena de limitaciones, de explotación, de trabajar como burros como obligación de la vida, donde solo somos felices en los sueños, en donde soñamos y creemos, ingenuamente, que de esas élites saldrá la decisión de romper ese círculo que nos ahoga, ignorando estúpidamente que el escape hoy buscado, las drogas, son igualmente propiedad y propósito de los dueños del poder, los violadores del mundo y del hombre, las mismas élites que nos dominan.

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