A LA NORIA HUMANA
Como en una perpetua
noria, trabajan con sus propias manos los humanos sus destinos, repiten sin
cesar en ellos todos los días los mismos errores; han transformado en porquería,
matizada de ironía, lo que al inicio parecía la gloriosa historia de una raza
portentosa.
Hoy miles de millones
de hombres y mujeres sudan como mulas, sometidas a los trabajos más extremos y
absurdos, viven empapados del sudor por el esfuerzo físico en el que dejan la
vida, que ahora se parece a un plan de celular, con segundos permanentes que se
consumen con los días de trabajo remunerados, así conviven engañados trabajando
sin descanso en el mismo horror día tras día, destruyendo sin descanso el
paraíso, y paralelo a esto su propia creación, la del supuesto Dios que hizo
todo este universo por amor.
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