EL HOMBRE, COMO EL REY HORMIGA
Contrario a la
hormiga inocente y laboriosa, que torpemente a ciegas va cargando a cuestas la
hoja de una planta envenenada, de la que desconoce que después con ella hará morir el alimento de
todos sus congéneres, un hongo que es la fuente con la que su reina en el nido
crea vida; el hombre transporta en sus
hombros un montón de particularidades, las que
expresa en sus acciones como el reflejo de sus emociones, transformando
este mundo donde rige solo, pero del que es un rey que destruye paso a paso a sus vasallos,
muy diferente de lo que le pasa a esas hormigas, que ignorantes trabajan sin
descanso su propio fin, mientras que éste lo hace a sabiendas de lo que sigue
después.
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