APENDICITIS
Poco a poco, con el
paso del tiempo ya no concibo la vida sin ti a mi lado amada mía, con tu
ausencia los segundos adquieren tanta lentitud que los días se alargan una
eternidad.
Por eso,
cuando no estas, cuando sales incluso hasta la tienda de la esquina, escondo
los relojes para que no marquen los segundos del tiempo que transcurro sin ti,
ignoro a los espejos colgados en los pasillos solitarios de la casa que
prolongan los espacios vacíos de ti, rompo incluso los miles de papeles regados
por el suelo con los poemas que escribo cada vez que te vas.
Siento que me he ido
convirtiendo lentamente en un apéndice de ti, y me preocupo por eso, porque no
vaya ser que algún día, de esos que paso sin ti, y que para mí son una
eternidad, te de apendicitis y me tengas que extirpar de tu vida, y ya tu
ausencia sea algo más que una calamidad.
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