DE COMO LA IGNORANCIA NOS LLEVA A LA IDIOTEZ, ¡COLOMBIA COMO EJEMPLO!.
No pretendo hacer aquí un tratado sobre la inteligencia de
los colombianos, solo quiero demostrar que en pleno siglo de las comunicaciones
y del conocimiento, en Colombia, seguimos actuando como ignorantes aborígenes,
que aún nos deslumbramos por el brillo o el reflejo de un objeto o de una
simple baratija; nuestro espejo, desde la conquista, ha sido y es la
civilización occidental, con la sociedad de los Estados Unidos como el modelo a
seguir, es tanta nuestra docilidad a sus principios consumistas que si los
gringos nos dicen que es buena idea alimentarnos comiendo mocos, estoy
convencido que nuestros dirigentes intentarían seducirnos con esa idea, y los
seguiremos como ovejas, despotricando y menospreciando los conocimientos y los
haberes de nuestros ancestros, de nuestros indígenas, los que para la comunidad
internacional, hoy son importantes y más validos que nunca para convivir y
sobrevivir con la naturaleza.
Las evidencias físicas del deterioro ambiental, y los
conceptos y análisis de la gran mayoría de científicos y academia, de Colombia
y del mundo, que llevan muchos años advirtiendo de la hecatombe o del
apocalipsis ambiental, al que nos estamos aproximando velozmente, son
ignoradas, despreciadas o incluso desmentidas, con estudios amañados para
intentar demostrar que la sobreexplotación de los recursos naturales de la Tierra
y de nuestro país, hacen parte o son fenómenos inherentes a los cambios
naturales del clima del planeta, de las glaciaciones, y que por ello no tiene
sentido intervenir.
Desgraciadamente
en Colombia esta teoría está muy arraigada en las ideas y conceptos de nuestras
élites y dirigencias, y por eso perpetúan el despilfarro, el arrasamiento y la
venta, al mejor postor, de nuestros recursos naturales, de nuestra Nación.
Jamás
hemos reconocido, ni dado valor, a ninguna de nuestras ventajas comparativas
(aquí quiero hacer la salvedad que lo digo bajo la visual de un capitalismo
racional, respetuoso de los ciclos naturales y de los saberes) que tenemos, con
respecto a cualquier otro punto o sitio geográfico sobre la Tierra, y que como
el pueblo o comunidad que ocupa este espacio físico hemos sido indolentes e
ignorantes de lo que tenemos, quisiera decir también que como sociedad, pero
este es un término que en Colombia no pasa de ser una simple palabra, porque
como tal no existimos o no tenemos peso en las decisiones de nuestros
dirigentes, somos una sociedad extraña y única, enferma mental y físicamente,
que acepta y permite el delito y la corrupción como un modo de vida y de
escalar posiciones, el lucro, fundamento de la vida actual y que en Colombia es
más recalcitrante que en otras partes, que se obtiene de delinquir, ya sea de robar
o matar, da y es suficiente poder y riqueza para que la justicia no los moleste,
generando una impunidad de tamañas proporciones, que aquí, el que vive legal es
el imbécil.
Hay estudios de todo tipo que hablan y demuestran las
ventajas y bondades naturales, de toda índole, que tenemos y que, la mayoría de
ellas, las estamos perdiendo raudamente(como por ejemplo que estamos ubicados
en el trópico con 12 horas o más de luz al día, con más de 2.500 mm de lluvias
al año, que podemos comunicarnos con dos océanos, que somos el cuarto país del
mundo, pero el primero por tamaño, con mayor volumen de agua por área de tierra,
con miles de ríos y montañas, que generan vientos y contienen volcanes que
deberían estar produciendo y emanando energía por doquier), igualmente se dice
y se asevera que el agua dulce y el aire
puro están adquiriendo y adquirirán más valor económico que el oro, que el
petróleo y que cualquier otro elemento, pero no escuchamos esas voces ni nos
interesan sus advertencias, el desarrollo sostenible en Colombia solo se aplica
para el hoy y para nuestras élites, y que la población y las generaciones
futuras precisamente no tienen futuro. Estamos
en un periodo histórico de nuestra existencia, como muchos otros ya olvidados y/o
desperdiciados, conversando con grupos en la subversión, con muy poco empleo,
con el mundo pidiendo agua dulce y aire puro, necesitando alimentos y productos
agrícolas, pero seguimos detrás del oro y el petróleo, mientras desaparecen o
se destruyen ríos y bosques (un rio cada seis meses y una hectárea de bosques
cada minuto), cuando deberíamos estar en masivas campañas de reforestación de
las cuencas hidrográficas de nuestros miles de ríos y quebradas, dando empleo a
tanto desmovilizado, y a la vez, creo yo, de esta manera, paguen en algo el
daño a la sociedad y así proteger y garantizar este recurso como el mayor
tesoro que tenemos y tendremos, además del aire puro que se generara con la
siembre de millones de árboles(pulmones) en tantos bosques.
Otro ejemplo claro de nuestra desidia, para con nosotros
mismos, es el caso del tren y su abandono, los beneficios ambientales y
económicos que tendríamos serian descomunales, si tuviéramos una línea férrea
que conectara a Buenaventura y Tumaco con Barranquilla y Cartagena, para que sin
necesidad de un canal transoceánico estuviéramos en igualdad de condiciones que
otros países que de ello viven y fuéramos otra alternativa para el mundo, sería
de tal dimensión este proyecto que estuviéramos compitiendo con Panamá, y ahora
con Nicaragua, en el transporte y el manejo del comercio de América.
Si estos puntos que menciono no son muestra evidente de nuestra idiotez,
entonces nuestra ignorancia rebaza la imbecilidad.
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