viernes, 1 de julio de 2016

DE COMO LA IGNORANCIA NOS LLEVA A LA IDIOTEZ, ¡COLOMBIA COMO EJEMPLO!.

DE COMO LA IGNORANCIA NOS LLEVA A LA IDIOTEZ, ¡COLOMBIA COMO EJEMPLO!.

No pretendo hacer aquí un tratado sobre la inteligencia de los colombianos, solo quiero demostrar que en pleno siglo de las comunicaciones y del conocimiento, en Colombia, seguimos actuando como ignorantes aborígenes, que aún nos deslumbramos por el brillo o el reflejo de un objeto o de una simple baratija; nuestro espejo, desde la conquista, ha sido y es la civilización occidental, con la sociedad de los Estados Unidos como el modelo a seguir, es tanta nuestra docilidad a sus principios consumistas que si los gringos nos dicen que es buena idea alimentarnos comiendo mocos, estoy convencido que nuestros dirigentes intentarían seducirnos con esa idea, y los seguiremos como ovejas, despotricando y menospreciando los conocimientos y los haberes de nuestros ancestros, de nuestros indígenas, los que para la comunidad internacional, hoy son importantes y más validos que nunca para convivir y sobrevivir con la naturaleza.
Las evidencias físicas del deterioro ambiental, y los conceptos y análisis de la gran mayoría de científicos y academia, de Colombia y del mundo, que llevan muchos años advirtiendo de la hecatombe o del apocalipsis ambiental, al que nos estamos aproximando velozmente, son ignoradas, despreciadas o incluso desmentidas, con estudios amañados para intentar demostrar que la sobreexplotación de los recursos naturales de la Tierra y de nuestro país, hacen parte o son fenómenos inherentes a los cambios naturales del clima del planeta, de las glaciaciones, y que por ello no tiene sentido intervenir.                                                                                                    
 Desgraciadamente en Colombia esta teoría está muy arraigada en las ideas y conceptos de nuestras élites y dirigencias, y por eso perpetúan el despilfarro, el arrasamiento y la venta, al mejor postor, de nuestros recursos naturales, de nuestra Nación.                                                  
 Jamás hemos reconocido, ni dado valor, a ninguna de nuestras ventajas comparativas (aquí quiero hacer la salvedad que lo digo bajo la visual de un capitalismo racional, respetuoso de los ciclos naturales y de los saberes) que tenemos, con respecto a cualquier otro punto o sitio geográfico sobre la Tierra, y que como el pueblo o comunidad que ocupa este espacio físico hemos sido indolentes e ignorantes de lo que tenemos, quisiera decir también que como sociedad, pero este es un término que en Colombia no pasa de ser una simple palabra, porque como tal no existimos o no tenemos peso en las decisiones de nuestros dirigentes, somos una sociedad extraña y única, enferma mental y físicamente, que acepta y permite el delito y la corrupción como un modo de vida y de escalar posiciones, el lucro, fundamento de la vida actual y que en Colombia es más recalcitrante que en otras partes, que se obtiene de delinquir, ya sea de robar o matar, da y es suficiente poder y riqueza para que la justicia no los moleste, generando una impunidad de tamañas proporciones, que aquí, el que vive legal es el imbécil.
Hay estudios de todo tipo que hablan y demuestran las ventajas y bondades naturales, de toda índole, que tenemos y que, la mayoría de ellas, las estamos perdiendo raudamente(como por ejemplo que estamos ubicados en el trópico con 12 horas o más de luz al día, con más de 2.500 mm de lluvias al año, que podemos comunicarnos con dos océanos, que somos el cuarto país del mundo, pero el primero por tamaño, con mayor volumen de agua por área de tierra, con miles de ríos y montañas, que generan vientos y contienen volcanes que deberían estar produciendo y emanando energía por doquier), igualmente se dice y se asevera que el agua dulce y  el aire puro están adquiriendo y adquirirán más valor económico que el oro, que el petróleo y que cualquier otro elemento, pero no escuchamos esas voces ni nos interesan sus advertencias, el desarrollo sostenible en Colombia solo se aplica para el hoy y para nuestras élites, y que la población y las generaciones futuras precisamente no tienen futuro.                                                                                                                   Estamos en un periodo histórico de nuestra existencia, como muchos otros ya olvidados y/o desperdiciados, conversando con grupos en la subversión, con muy poco empleo, con el mundo pidiendo agua dulce y aire puro, necesitando alimentos y productos agrícolas, pero seguimos detrás del oro y el petróleo, mientras desaparecen o se destruyen ríos y bosques (un rio cada seis meses y una hectárea de bosques cada minuto), cuando deberíamos estar en masivas campañas de reforestación de las cuencas hidrográficas de nuestros miles de ríos y quebradas, dando empleo a tanto desmovilizado, y a la vez, creo yo, de esta manera, paguen en algo el daño a la sociedad y así proteger y garantizar este recurso como el mayor tesoro que tenemos y tendremos, además del aire puro que se generara con la siembre de millones de árboles(pulmones) en tantos bosques.
Otro ejemplo claro de nuestra desidia, para con nosotros mismos, es el caso del tren y su abandono, los beneficios ambientales y económicos que tendríamos serian descomunales, si tuviéramos una línea férrea que conectara a Buenaventura y Tumaco con Barranquilla y Cartagena, para que sin necesidad de un canal transoceánico estuviéramos en igualdad de condiciones que otros países que de ello viven y fuéramos otra alternativa para el mundo, sería de tal dimensión este proyecto que estuviéramos compitiendo con Panamá, y ahora con Nicaragua, en el transporte y el manejo del comercio de América.                                                                                                       
Si estos puntos que menciono no son muestra evidente de nuestra idiotez, entonces nuestra ignorancia rebaza la imbecilidad.

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