GUSANOS DE CADÁVERES
Como ávidos gusanos
devorando cadáveres putrefactos, en eso nos hemos convertido los humanos sobre
la faz del planeta Tierra.
Ya estamos
acostumbrados a masticar nuestros destinos, defecando tras ellos futuros
inciertos, el espacio que hemos conquistado en el universo se viene transformando
en cavidades atemporales, con el cuerpo del planeta casi muerto; son como hoyos
negros donde hemos enterrado la moral y la ética existencial, transmutando
lo ideal en amoral como algo circunstancial, regla que venimos aplicando por
doquier, según la conveniencia personal.
Por eso no nos
importa la razón ni el conocimiento adquirido, como individuos solo nos importa
la vida propia del momento en que vivimos, pues hemos aprendido a aplicar el
egoísmo como norma natural del funcionamiento humano en sociedad, desconociendo
y despreciando la funcionalidad como conjunto social de una raza, desechando la razón como
el único argumento de una mejor existencia en esta casa general.
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