UNA ESPIRAL DESTRUCTIVA
Desde cuando existe
el universo las cosas giran al inverso; hoy sabemos que no es Dios el centro de
la creación ni el humano el epicentro de esta fuerza creadora en la espiral de
la vida, solo son un par de ejemplos más de hasta donde llegan las
consecuencias de una energía cinética indomable e inconclusa, mezclada con
cierta ignorancia obtusa de donde, de este toxico cóctel, emana un organismo
obsesionado con la superioridad de un concepto, el del ser humano, quien con la
sevicia que lo ha caracterizado siempre, ha ido imponiéndose sobre los
preceptos fundamentales de la vida de todos los demás organismos vivos, sin
medir ni conocer los resultados, que son estos mismos que nos tienen
abocados al borde de una hecatombe
sideral.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario