¡QUE NOS PASA ¡
Como ciudadano quiero sentar mi más enérgica voz de protesta
por la actitud laxa e irreflexiva del congreso, que se supone representa la
idiosincrasia de toda la nación, y que estoy convencido que en su gran mayoría no está de acuerdo con la
actitud asumida por este con respecto a la ley de ampliación al fuero militar,
en una especie de gabela o favorecimiento a los miembros de las fuerzas públicas; con
esto me acordé de un viejo programa de humor de la televisión mexicana que se llamaba “!Que
nos pasa¡”, que pasaban en las noches en nuestra televisión, en donde, en forma burlona, algunas veces, mostraban como distintas
facetas antisociales iban haciendo carrera en el comportamiento habitual de las
personas, mellando y descomponiendo con ello el tejido social, y digo que
relaciono ese programa con la actitud del congreso, pues sinceramente parece un
chiste su comportamiento, produce escozor y demasiada preocupación que como
sociedad, no seamos capaces de reaccionar a la laxitud moral y ética que desde
hace mucho tiempo se ha ido expandiendo a todos los niveles de nuestra sociedad,
afectando nuestras creencias, nuestro lenguaje, nuestra filosofía, nuestros
negocios, nuestros ideales, justificando, por acción o por omisión, distintas
facetas del delito, y peor aún, conviviendo y cohonestando con él..
Y, para mi modesta manera de ver este asunto, lo mismo está
sucediendo con el tema del fuero militar y las gabelas que se les quiere dar a
los militares y policías en servicio, es un caso patético de descomposición
psicológica, filosófica, moral y ética al descubrir con ello la manera de
pensar de nuestros dirigentes, el que no podamos hacer diferencias entre
delinquir por parte de un ciudadano cualquiera y un ciudadano que ha jurado
cumplir normas y preceptos para poder convertirse en representante de la autoridad,
es una muestra evidente de descomposición social, el que no logremos ver las
consecuencias que se derivan de permitir estos esguinces jurídicos nos
clasifica como una sociedad manipulable y hasta despreciable. Acepto que en este tema a estos servidores públicos se les debe mejorar en forma sustancial sus ingresos para, de cierta forma, hacerlos más inmunes a la corrupción y a las "mordidas" de la delincuencia, pero igualmente se debe depurar el ingreso a ella de tanto delincuente camuflado. Que el poder a cargo de la aplicación y el
respeto de la ley promueva la impunidad solo vislumbra más sangre, dolor y lágrimas
para esta sociedad invisible y ciega de sí misma.
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