UN COLOMBIANO MIRANDOSE AL ESPEJO EN LA CASA DE VALLEJO
Según Fernando los
colombianos somos seres extraños, bipolares como nos dicen ahora, no hace
excepciones ya que todos crecemos con las mismas tradiciones, no importa si
eres diferente, de la alcurnia, un indigente o un demente, vivimos como
personas pusilánimes y temerosas a costa de creer que la letra con sangre es la
que realmente debe entrar en la conciencia del que tiene que temer, para él y para muchos somos meticulosos,
maliciosos, rencorosos y religiosos, tahúres
con nuestro destino, preferimos delegar que ejecutar, no asumimos
responsabilidades, esas se las dejamos al azar porque aquí soñamos con parámetros
distintos, aquí no vale el esfuerzo, ni personal ni general, lo que vale es el
camino fácil, ganarse una lotería, heredar de un familiar rico, ser ladrón de
pacotilla, un sicario o ser un capo de lo que sea, ojala político corrupto o tal
vez presidente inepto pues eso es lo que da rédito, por eso cree él y yo también que somos poco solidarios, y lo
somos si nos regalan algo, si nos convoca Julio o nos ayuda Julio Mario, estamos pendientes de los errores del
contrario para resaltarlos o para restregarlos y así echarle sal en las
heridas, si las hay, vivimos absortos a
nuestro clan o en nosotros mismos, el egoísmo nos desborda, tanto blancos,
indios o negros nos odiamos en extremos, somos disfuncionales, oscuros y
matizados de inocencia, pues por otro lado somos acomplejados, creemos que los
otros son los culpables de todo lo malo que nos ocurre mientras existimos en
esta tierra de redomados cretinos y a la vez actuamos como estúpidos consumados
ya que estamos pendientes, ingenuamente, del milagro que le cambie el rumbo a
todo lo malo o bueno que nos pueda estar pasando.
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