UNA VERDAD POCO
CONOCIDA
El hombre que intentó sostener,
con calma, una verdad que diera razón a todo nuestro existir, sabiéndose en ese
momento en la cima del poder y del saber, conocía de antemano que no existe
fuerza capaz de sostener una mentira tan grande.
Entre tanto, mientras caen verdades
como caen estrellas del cielo, en este suelo, donde se sostiene ese hombre y su
teoría, crecen sin forma ni estilo algunos seres como él, que no se sabe si por
pretensiosos o ingenuos, trataran también de llevar en sus propios hombros el peso de esa
verdad, sin querer reconocer que serán sepultados por ella misma, pues no hay
verdad más clara que aquella que no se puede ver o demostrar.
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