ENGAÑANDO A LOS VIEJOS AMORES
Las palabras vacías que hablan de amor son las mismas que
usamos para pedir perdón,
por eso no tienen el mismo efecto de antes, cuando entre los dos había aún pasión.
por eso no tienen el mismo efecto de antes, cuando entre los dos había aún pasión.
Aunque despertamos juntos en la misma cama,
el amor que nos damos es solo la aparente tolerancia a una rutina de un coito aceptado, robotizado, donde los besos que antes eran apasionados hoy saben amargos aunque parezcan largos,
entre tanto, en el engaño de amarnos está la cortina con que tapamos nuestras mentiras,
donde las caricias, que antes eran el preámbulo a un amor desbordado,
ahora se parecen a las avaricias del que no puede entregar lo que no tiene,
por lo que al balbucear permanentemente esas palabras vacías, poco a poco,
estamos haciendo más fría nuestra relación y enterrando para siempre ese viejo amor.
el amor que nos damos es solo la aparente tolerancia a una rutina de un coito aceptado, robotizado, donde los besos que antes eran apasionados hoy saben amargos aunque parezcan largos,
entre tanto, en el engaño de amarnos está la cortina con que tapamos nuestras mentiras,
donde las caricias, que antes eran el preámbulo a un amor desbordado,
ahora se parecen a las avaricias del que no puede entregar lo que no tiene,
por lo que al balbucear permanentemente esas palabras vacías, poco a poco,
estamos haciendo más fría nuestra relación y enterrando para siempre ese viejo amor.
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