martes, 13 de septiembre de 2016

CASTIGO CONSTANTE

CASTIGO CONSTANTE

Blanqueó los ojos antes de morir, exhalo su último suspiro y de este mundo se marchó, se fue pensando como todos, que al cielo llegaría y con su Dios se encontraría.

En esta viña del señor, todos aseveran, llorando alrededor de un ataúd, que irán hasta donde está Dios, que sus vidas no dan motivos para mal pensar, que peores existencias son hoy santos, infames realidades han hecho lo que es hoy, mal o bien, este, el reino de los dioses.

Cuando despertó está pobre alma, volvió a blanquear los ojos, y entonces al abrirlos conoció ese otro mundo, un reflejo intacto del que había abandonado, teniendo que asumir de nuevo el papel que hacia estando vivo, sin reconocer que de pronto ese era su castigo.



No hay comentarios.:

Publicar un comentario