PENSAR INICUO
Amanece rutinariamente en este
paraíso terrenal, y siempre en él, hasta hoy, en el día ha salido el sol y en
la noche la luna.
Mientras tanto, en los
entretelones de la vida en general, donde con impaciencia labra el ser humano
la perdición en la piel del universo, no demora un segundo sideral en terminar
lo que no debió empezar, el endiosamiento de nuestros actos, y ante esto, la
cruda realidad se manifiesta contundente, nos grita que ya ha sido suficiente
con las ligerezas humanas, que cuales dioses nos comparamos o nos igualamos, y
con ello hemos ido forjando, con nuestras manos y pies, el destino retorcido de
este mundo, que trazamos un día cualquiera pero del que no sabemos cómo comenzó
ni mucho menos cuando termina.
Languidece en un fugaz segundo este
paraíso terrenal, y ese tiempo no da abasto con los sucesos que vendrán.
Por los momentos que se viven hoy,
los humanos desquiciados, en actitud de entendimiento, recogemos a diario mensajes
confusos que nos anuncian catástrofes permanentes, pero al mismo tiempo no somos
capaces de vislumbrarlas ni tampoco analizarlas pues el razonar ya no es arte
ni hace parte de los hombres, entre tanto el mundo moribundo nos avienta, sin
medir las consecuencias, ejemplos por millones, donde la esencia de la vida simple
es una quimera, de la que recibimos esos mensajes por montones sin que usemos
la inteligencia para notarlos, haciéndonos inicuo e inútil el solo pensar.
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