miércoles, 17 de agosto de 2016

POR LA ESENCIA DE LA BUENA VIDA

POR LA ESENCIA DE LA BUENA VIDA


Reptó por el espacio un cuerpo que perdió la forma en ese intento, en esto, el deseo fue el impulso para que aquello, si algo era, intentara recorrer la distancia que lo separaba cruelmente de su cruda realidad.

Creyó entonces despertar de un feo sueño, pero a él se pegó como ventosa, o cual rémora impúdica, ya que comprendió las consecuencias de llegarse a despertar y tener que enfrentar, cara a cara, al espectro de su espíritu en el sueño.

El tiempo como veleta contra el viento, en ese sueño giró y giró, giraba tan rápido que en un momento dado transmutó su esencia, destruyendo de un solo golpe un principio, el del comienzo de la buena vida, el mismo fundamento que se le perdió al hombre en los confines del tiempo y en los anales de sus recuerdos, haciendo que cada infeliz individuo, al igual que todos los otros antes, busquen en sus almas, con afán y con ardor ese principio, la esencia de la buena vida, la misma que perdimos cuando nacimos.




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