LOS DÍAS ESPECIALES
Hoy, que en la tierra es un día de enfrentamientos, como siempre
lo ha sido, es, a la par, en la vida de los hombres, un día especial, así el
hecho sea desconocido e ignorado por todos los que habitamos este mundo
enloquecido.
Es, en sí, el día anhelado por unos pocos aunque sea despreciado
por la mayoría, será aceptado por la resignación
de esos que se arrodillan ante ellos, es un mundo construido por aquellos que inventaron
los tiempos y los dioses, conociendo de antemano, que con ellos, los tiempos,
que son constantes e ingeniosos, o los dioses, que la mayoría de las veces son
fabulosos y hasta maliciosos, vienen adheridas las heridas que nos lastran como
raza, convirtiéndonos en los humanos moldeables, en lo que somos.
Son momentos perniciosos, generados por
hombres portentosos, a los que, sin pensar, querer o saber, los serviles, que
somos los demás, los esquiroles de un mejor porvenir, les lamemos las heridas, que se hacen ellos
mismos y que luego enrostran y reclaman a los otros, y esto ocurre permanentemente,
son los terribles instantes en que se sacian con la sangre de los inocentes, de
los indiferentes, de los indolentes, de los que sin querer, por no poder, pero
de los queriendo por saber, nos volvemos indecentes, para luego, inventarles a nuestros
opresores tiempos de epifanías continuas y de preludios permanentes, donde puedan
redimir sus culpas, acaso con ocasos concluyentes inventados por dioses
inexistentes.
Convirtiéndonos así, a los inocentes, en esbirros de un peor
destino, pero no les importa, saben que nos adecuamos a un salario ínfimo, que
a través de cambios aparentes, que parecen permanentes, nos pueden mudar de
preceptos, nos cambian frecuentemente de ideales, que luego se desechan, sin
pena ni recato, renegando de lo hecho por el tiempo universal, para, de un solo
golpe, darle valor al esfuerzo personal,
a la historia de la gloria individual, con la que aquellos han matizado
la historia general, desconociendo, despreciando e ignorando, la mayoría de las
veces, el valor del todo y de la unión, cayendo en la trampa del segundo
milagroso, en la mentira de un concepto etéreo, donde el tiempo es oro, cuando
la existencia del mundo conocido va más allá del tiempo humano. Ellos, crean fibras invisibles, que creen son
insensibles a las causas que las crean, como si estas
fueran parte de una piel endurecida, encallecida, enmohecida, enmudecida, que
cual roca aguanta todo, se han vuelto inconscientes de sus propios actos
indecentes, al extremo, que ignoran los efectos que esos mismos actos provocan
en la piel del pequeño universo conocido, la tierra, que inerme y violentada, pierde, a cada
segundo, capas infinitas de sus células, una a una sin parar, sin la conciencia
del único culpable, la del hombre ambicioso, que solo con su propia ignorancia,
pero dueño del saber de todos y del poder personal, poseedor de suficiente
inteligencia pero con tanta negligencia, que es incapaz de entender que en ese continuo
desgaste, está la esencia de su final.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario