COMIENDONOS EL
TIEMPO DE LA VIDA
Hay personas, como yo, que se han ido
comiendo el tiempo en pensamientos y en esos entretiempos le hemos corregido el rumbo al mundo muchas
veces, comprendiendo que en esos intentos todo fenece y vuelve a renacer, sin embargo
el triste resultado es un trago amargo que se tiene que aceptar y aprender a
superar pues la cruda realidad se encarga de calmar las pretensiones de esos
sueños utópicos, ligeros y simplemente pasajeros de una mente que no se cansa
de pensar.
Es así que después de estas y otras tantas
frustraciones, finalmente comprendemos que solamente el amor es capaz de consolar
la dura realidad que hoy vive la humanidad, en la que nos matamos sin cesar por
una paga y un mendrugo de pan.
Por
todo esto, los sueños de una buena vida se esfumaron hace tiempo y hoy se
estrellan contra el torbellino de acciones humanas que desencadenan estas
reacciones en cadena, donde a cada segundo que pasa se juegan con ellas el
futuro de la vida en general, y es aquí donde el individuo con su actual estilo
de vida solo atina a agregar otro clavo al caos universal, sin que esto
implique que al comprenderlo, con ello cambie su accionar, por el contrario, nos
hemos concentrado en crear pequeños dioses, en amar nuestra propia imagen y en desfogarnos
sexualmente para multiplicar con nuestros hijos, que reproducirán también este
modelo, las probabilidades de que todo al final termine mal.
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