lunes, 15 de agosto de 2016

ENTRE LA COMEDIA HUMANA Y EL DRAMA UNIVERSAL

ENTRE LA COMEDIA HUMANA Y EL DRAMA UNIVERSAL

Taciturno, hoy admito que sigo buscando un rumbo, como todos los demás, y ya siendo adulto acepto que la niñez, no la mía, la del mundo, se estrelló contra una maraña de sucesos inocuos que la volvieron inicua consigo misma cuando se perdió en la juventud de una humanidad sin rumbo, sin entender cuál era su papel en el compromiso de la vida de los hombres, y no porque fuese ingenua o hiciese parte de un ciclo lógico y permanente, fue porque somos descendientes de una raza de disidentes, diferentes y displicentes.                                                                                                                            
 La mente humana le apuesta a los recuerdos para validar las experiencias, la vida del individuo resume errores como zumos, pues el hambre de vivir se confunde con el hambre de sentir sin que se llegue a digerir que es de cada quien o de cada cual, luego los compromisos diarios se convierten en lastre, las personas ocupadas se parecen a las moscas que revolotean como locas encima de un pastel de mierda, que con mucho esmero el hombre horneo sobre el planeta para mantenerlas ocupadas, o retozan sobre los recuerdos de cadáveres insepultos de los mismos hombres y de los hombres bestias, mientras paralelamente a todo esto, los amigos aparentan querer lo mismo sin que lo mismo sea igual para todos, y a la par de esto las familias se congregan alrededor del lucro material como fundamento del amor filial.                                                                                                                   
Por todo esto nos hemos convertidos en actores de una comedia despistada donde cada quien cumple el rol de cada quien, pero ninguno interactúa con el otro, esta escena se eterniza en una única función donde no hay espectadores que reclamen por la farsa, que, aunque concluya en drama a nadie le importa.



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