TESTIGO
Yo estuve presente cuando, en pleno siglo veinte, empezaron
los crueles y viles ataques a las bases de los sistemas políticos, con los que
estaban conformados los Estados democráticos de derechos y responsabilidades
sociales, que teníamos instaurados, creyéndolos asentados, en la mayoría de esos
estados, y con los que se aspiraba buscar un bienestar universal a pesar de la
indolencia general.
Fui testigo también cuando, de un momento a otro y de
repente, surgieron por todos lados unos cuantos personajes, con suficiente avaricia
y poder, quienes empezaron a cuestionar a ese sistema y a los pobres por
socorrer, siendo que al principio los creíamos buena gente e inteligentes por
estudios y preparación, pero que resultaron tan burdos e indecentes como el más
ducho ladrón.
Ahora vislumbro a estos personajes, usureros de la
humanidad, enfrentándose a un planeta con la violencia en erupción, no pudiendo
digerir ni entender que así fue que lograron su poder.
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