CONDENADOS
A SER NOSOTROS MISMOS
Estamos condenados, como seres con un espíritu en el cuerpo
físico, a sufrir un eterno suplicio en nuestro devenir humano, al no encontrar en
nosotros mismos las principales y valederas razones de los principios básicos que
justifiquen la creación, la nuestra, y con ella la de todo el universo
alrededor.
Con principios obtusos y confusos se ha pretendido
justificar tantas agresiones a los semejantes, que con ellos se han estado empujando
a los individuos solitarios a enfrentarse entre ellos.
Quienes, con sus particulares y personales maneras de entender
sus vidas, han optado por ocultar y por encerrar, en mazmorras cerebrales que cubren
de un olvido permanente cuando al mismo tiempo las someten a la más terribles
oscuridades y soledades, a las pocas ilusiones que se habían creado por sus
vidas.
Descubriendo muy
tarde que desde ese principio creador ya la humanidad estaba vencida por sí
misma, y que eso fue mucho antes de iniciar cada quien su brega por el mundo.
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