domingo, 1 de enero de 2017

SIGUIENDO AL DESTINO

SIGUIENDO AL DESTINO


Un día cualquiera mirando al cielo, mientras perdía el tiempo, vi pasar algunas nubes que cuales leves algodones flotaban llevadas por el viento, y sin ningún motivo aparente sus diversas formas me fueron recordando momentos ya vividos que no quería revivir, y que vagaban por mi mente como recuerdos perdidos y al negarme a retraerlos, ellos, cual tumulto, se abalanzaron sobre mi memoria, sintiendo de nuevo en carne viva aquellos viejos momentos que no quería recordar.                                                                                                                  
Desde aquel día y con aquellas viejas nostalgias a flor de piel, transcurre hoy mi vida pues la he ido edificando sobre tantos intentos muertos que mi piel se siente hoy como la de un cocodrilo, gruesa y llena de heridas, y como ayer, siente nuevamente lo que he vivido mal.                                                                                                                                   
Es allí, en esos momentos, cuando creo dar un salto en el vacío, y entonces ruego para que quienes no creen en mi al fin crean, pues al fin de cuentas esos malos pasos dados antes marcan los buenos pasos por venir, y esos recuerdos hoy me indican claramente cuál es el destino a seguir.


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