lunes, 23 de enero de 2017

CONSTRUYENDO CAMINOS PARA DESTRUIR DESTINOS

CONSTRUYENDO CAMINOS PARA DESTRUIR DESTINOS


Es una tremenda ironía que entre el amor y el odio no haya casi distancia, se complementan y alimentan de lo mismo, del dolor o del placer personal que fomentan los sentidos.                              
El momento exacto de su unión o confusión, dependiendo de la ocasión, suele suceder cuando los seres humanos, en su soledad, no logran identificar cuál de ellos los rige, lo que se genera cuando no hay solución a la frustración o al descontrol de esos individuos en diferentes escenarios; y hasta ahora lo peor es que la mejor respuesta que el humano ha encontrado para resolver estos problemas, es el escape de la realidad, convirtiéndose así, según lo que convenga, de un segundo a otro en víctima o victimario.                                                                                                            
Con este modelo o patrón de comportamiento, la humanidad viene construyendo un futuro incierto, qué en el marasmo de tantas contradicciones, se ha ido convirtiendo en caminos llenos de esperanzas muertas y de ilusiones perdidas.


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