miércoles, 25 de enero de 2017

UN JUEGO QUE SE TIENE QUE ACABAR

UN JUEGO QUE SE TIENE QUE ACABAR




  
Expuesto al sol y acribillado por sus rayos de luz, éste planeta, hasta ahora silencioso y agonizante, solamente se había limitado a ser la tierra madre de un extraño ser, el humano, que apareció de un momento a otro sobre su piel y como un germen pernicioso ha venido infectando sin control a todo el espacio existente entre una raza y su destino, con el tiempo como su único testigo.                                                                                                                       
Pero ésta situación ya no podrá sostenerse más, pues a pesar de lo que algunos quieren, que es mantener la actual explotación en su más alto nivel, con la cruda realidad, la Tierra nos muestra otro escenario, o sea a miles de cauces de ríos y quebradas sin agua recorriendo suelos empobrecidos y erosionados, a un mundo sin árboles donde no hay quien filtre el aire y tampoco quien nos puedan proteger de esos caniculares rayos, y con el resto de las especies terrenales desapareciendo en cada día a ritmos infernales.                  
Hay una lección que nos debiera quedar de todo esto y es que, por simple sustracción de la materia que no se crea ni destruye, ésta se está transformando en el panorama normal de un juego irreal que se juega en el campo terrenal, donde el premio mayor es simplemente desaparecer.                                                            

Sabiéndolo todos, aun así hoy hay unos pocos que persisten en el error, haciéndolo parecer que fuéramos los demás, porque con sus deseos trastornados siguen empecinados en la destrucción del que era el paraíso en que nos tocó existir, creyéndose predestinados a ese poder; y son los mismos que por hacer valer sus privilegios quieren romper moldes y esquemas nucleares, que desembocan siempre en desastres naturales, manteniéndonos, a la mayoría, como testigos pasivos del horror que es tener que ver cómo con esos mismos errores permanentes, que como ejemplo es parecido a ver morir de hambre lentamente a nuestra madre, con lo que nos han ido destruyendo el planeta, haciéndonos llevar también con estos actos por delante al universo.


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