jueves, 1 de diciembre de 2016

UNA FALSA AZUCENA Y UN TONTO COLIBRÍ

UNA FALSA AZUCENA Y UN TONTO COLIBRÍ


Con desconsuelo levantaba el vuelo un colibrí pues ya no encontraba néctar en las flores plásticas de un jardín.                                                                                                 
Desesperado por el hambre, se abalanzó de pronto como loco contra unas zarzas secas al lado del portón de una casa cercana, donde creyó encontrar una azucena, que resultó ser un pedazo blanco de papel, que, incrustado en el centro de esa planta, aparentaba ser esa bella flor.                                                                         

Atontado y cansado, voló de un lado al otro de ese montón sin saber que hacer, hasta que, sin previo aviso, exhausto, al suelo cayó muerto.                                                       
Tras tremendo esfuerzo, había exhalado su último aliento en el momento exacto que inhalaba el perfume de unas flores, comprendiendo tardíamente, que como un tonto se había equivocado de jardín.


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