LA PANTOMIMA HUMANA
Al amanecer, cuando sale el sol y al anochecer cuando se ve
a éste huyéndole a la luna, un ejército de humanos se abalanza como hormigas a
sus puestos de trabajo.
Son
filas eternas que van caminando como zombis por los andenes y los puentes de
los pueblos y ciudades, fluyendo sin descanso para alimentar la sed de producir
mucho más poder para aquellos que lo persiguen sin medir las consecuencias.
Estos
seres miserables se apretujan como sardinas en sus medios de transporte sin
hablarse ni mirarse, solo atinan a empujarse para conseguir su propio espacio y
tener el privilegio de llegar temprano para que no les descuenten del salario.
Silenciosos
van pensando en todo lo que les quedó pendiente en sus casas y por lo que después
se les viene en el trabajo, es un círculo vicioso en el que han quedado
incrustados y que solo rompen cuando se mueren pues nadie ahora se puede
detener cuando les cobran hasta el aire que respiran y cuando los hijos que
nacen ya traen deudas encima.
Hoy la humanidad gasta recursos sin
control por encontrar nuevos mundos para explorar sus riquezas mientras que
destruye su propio mundo sin complejos ni dolor, es que el destino humano parece
inmiscuido y viviendo una pantomima porque se queja de la explotación general mientras
que fomenta la impostura individual.
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