martes, 27 de diciembre de 2016

UN DILEMA GENERAL QUE NOS AFECTA A TODOS POR IGUAL

UN DILEMA GENERAL QUE NOS AFECTA A TODOS POR IGUAL


La humanidad se está abocando a tantos cambios físicos y mentales, que al no comprenderlos cabalmente ha caído en el insondable abismo de los miedos patológicos y psicológicos, hasta un extremo peligroso, en el que las ideas de desastres permanentes se agolpan en las mentes y en los sentimientos de todos, apareciendo así, a flor de piel, tantas emociones hasta hoy extrañas, desconocidas y negativas, que con ellas estamos certificando, como humanos, la incapacidad que tenemos de controlarlos.
Porque aunque ahora podamos volar por los aires de la tierra y del espacio, ir y volver hasta el vacío inmenso para explorar de que está lleno, o aunque podamos horadar los suelos del universo para extraerle de sus fondos más profundos y oscuros sus más minúsculas partículas; o cuando también hoy podemos navegar por océanos tormentosos buscando mejorar los genes de cualquier ser o de nosotros, igualmente, entre tanto, también hemos aprendido a transformar o destrozar la vida de millones de seres, sean estos micros o macroscópicos; y sin embargo, entre tanto, lo único que no hemos podido hacer, hasta ahora, es tratarnos como amigos, es amarnos como hermanos, es unirnos como humanos, porque mientras lo intentamos, mientras pasa el sigiloso tiempo, la esencia de la vida en general, en un silencio sepulcral, desaparece a pasos gigantescos a la vista de todos.      
Porque, aunque creemos ser libres de pecados en nuestros sueños de grandeza, no estamos suponiendo, en este mundo terrenal, donde vivimos creyendo ser pequeños dioses en potencia, que esas malas ideas no serán motivos suficientes, físicos ni reales, para derrotar lo que estamos anhelando ser después en esos sueños.
Es tristemente por esto que no conocemos nuestros límites ni los queremos controlar, y por lo que a estas alturas de la vida nos hemos acostumbrado a transgredir esos límites como un juego que no tiene consecuencias, en el que no nos está importando jugar el futuro de la vida en general.                                                                                                                 
Son cientos de países, con miles de familias enteras, con millones de seres indiferentes e inocentes, que son sacrificados por un estilo de vida, por una manera de vivir, y en donde la base del progreso individual es el consumismo personal, no entendiendo que es allí, en este tipo de meollos, cuando la autarquía humana murió y cuando dejamos de ser nosotros mismos.                                             
Es por esto, con el paso de los años y con tantos cambios acumulándose lentamente a cuestas, que estos han ido dejando tantas huellas en el cuerpo y en el espíritu humano, que no estamos comprendiendo nuestro destino, y por ello hoy triste y torpemente, desconocemos que lo único que nos saca de este inmenso dilema es volviendo a ser nosotros mismos.


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