TE CONMINO AHORA
Amada mía, ven,
te conmino ahora a que hablemos de nuestra fría relación, pues llevas tanto tiempo
silenciosa que me das temor.
He
notado con asombro como, desde hace algún tiempo, cuando estamos en un mismo
cuarto, no te acercas, solo miras de reojo para ver el sitio exacto en donde no
estoy; igual haces en la cama, de donde ahora te levantas cuando yo me acuesto o
viceversa, volviendo incompatibles nuestras jornadas diurnas o nocturnas, igual
te da.
Es por esto, y otras cosas más, por las
que hoy te incito a hablar, por qué sé que aun subyacen, en nuestras emociones
más profundas, instantes de pasión que son señales del amor, ya que no de otra
forma podrían suceder esos, ahora escasos, encuentros ardientes entre los dos, en
los que me permites prever que la chispa de ese amor aún se pueda volver a
encender.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario