NÁUFRAGOS Y DEPREDADORES
Una vez los seres
vivos salimos de las matrices corporales,
a partir de los
cuerpos que nos han contenido por periodos determinados por la especie,
son lanzados al vacío
mensajes sidéreos, en códigos naturales,
dentro de envases amorfos
y de orígenes plasmáticos,
informándole al
universo qué organismo ha llegado a ocupar su espacio.
Entonces, como náufragos
del tiempo, sobreviviendo en contenedores biológicos,
cuales botellas
flotando en un inmenso océano cósmico,
esas misivas
subliminales permanecen etéreas, nadando sobre un miasma energético,
intentando encontrar algún
lector circunstancial, antes que concluya cada vital momento,
quedando, mientras
tanto, abocados a sufrir del deterioro permanente de su masa,
aunque igual pasa con
las ideas que brotan desde sus conceptos abortivos,
paridos al azar,
buscando capturar el mayor número de leyentes promiscuos,
para que queden enganchados
al objetivo propuesto,
lo cual es lo mismo
que capturarlos y enredarlos entre un destino asesino.
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