jueves, 20 de septiembre de 2018

ES IMPERIOSO CAMBIAR NUESTRAS COSTUMBRES ALIMENTARIAS


ES IMPERIOSO CAMBIAR NUESTRAS COSTUMBRES ALIMENTARIAS

Un nuevo estudio publicado por la revista científica Science, de las muchas investigaciones que se hacen en el mundo, y que se dirigen a demostrar que toda especie o genero viviente piensa, tiene sentimientos al igual que sensaciones, realizado en las universidades de Wisconsin-Madison en Estados Unidos y Saitama en Japón, por los investigadores Simón Gilroy y Masatsugu Toyota respectivamente, reseñado por el periódico The New York Times, señalan que estos han encontrado que las plantas son organismos vivos pero sin capacidad de movilidad, reaccionan cuando son sometidas a ataques por los insectos o los animales, cuando estos requieren alimentarse, produciendo ciertos compuestos químicos intentando defenderse, o para dar aviso al resto de las plantas.
Este es un nuevo estudio que se suma a los otros muchos que ya han demostrado que hay comunicación entre las plantas, suponiendo que esto será igual a lo que puede pasar con los insectos, hongos, bacterias y virus, convirtiéndose en evidencias de las capacidades que tienen estos organismos de sentir y hasta de pensar, a los que hasta hace muy poco considerábamos inertes, obligándonos así a replantear o a tener que cambiar rápidamente nuestros conceptos y maneras de ver al resto de especies vivas.
Si éstas capacidades de reacción y de sentimiento ocurre en estas especies, consideradas como menores, debemos de suponer que serán mucho mayores en las especies animales, de las cuales nos aprovechamos y nos alimentamos. ¿Se imaginan lo que pueden sentir o imaginar las vacas, cerdos, pollos y demás seres vivos, a los que sometemos a sacrificios y todo tipo de vejámenes, o a todos los otros que violentamos y matamos en cacerías y en las demás violentas acciones que provocamos?
Por ello surge la importancia de acelerar los avances científicos, con los que venimos adquiriendo la capacidad de producir proteína animal y vegetal en laboratorios, y con ellas después poder transformar estas fuentes industrialmente como la base de la alimentación humana, con el fin de abandonar estos medios tradicionales de explotación, al estarnos dando cuenta del terrible dolor que estamos produciendo y provocando, al estar procediendo como lo hemos estado haciendo hasta ahora.
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