A
LOS IGNORANTES DE SU PROPIO INVENTO
La humanidad entera es autista de sí misma, la que parecía ser
una enfermedad para unos cuantos es una verdad de todos, solo que algunos se
aferran a la realidad, no para cambiarla o arreglarla, apenas lo hacen para ser
testigos de esta calamidad.
Entre los autistas de este mundo, hay algunos que pueden
hablar, pero lo hacen para pedir más solo para ellos, el resto se esconde en
sus agujeros, miedosos de exigir y aterrados por morir en ese intento.
Con el tiempo el universo se habrá olvidado de esta raza, autista
de sí misma, que jamás entendió su rol en la evolución, donde a duras penas
intentó ser fiel copia de un engendro que soñó, y que, en los momentos de
problemas, como ahora, apela a esa figura abstracta para que lo salve o ayude, ignorando
que él mismo la inventó.
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