EL
MAÑANA QUE RECUERDO HOY PARA VIVIR DEL AYER
Ayer, viéndote dormir desnuda junto a mi cuerpo, te recorrí
toda con una sola mirada sin saber que no habría otra vez, tu placidez me conmovió
tanto, que intenté en ese instante de esplendor no hacer ruido ni molestarte, porque
igualmente coincidía con el momento culmen de mi vida en que mentalmente te
poseía.
Pensando así y en ti, el sopor me invadió, llevándome a unos
sueños placenteros donde a toda hora, como gatos en celo, solo hacíamos el amor.
Pero hoy, al despertar, me encontré con una nota lapidaria tuya,
junto a la almohada, dándome a entender en ella que anoche había sido la última
vez en que estuvimos juntos, en que tuvimos sexo, porque te marchabas aburrida
de mí, cuando tú para mí, desde que te conocí, habías sido como el sol que
iluminaba mi vida.
Frustrado y desesperado, como un loco, salí a buscarte y no
te encontré, pero en el camino me entere que habías partido al extranjero, entendiendo
instantáneamente que desde ahora he de verte solo en sueños y que solo en ellos
nos amaremos de nuevo.
Mañana, cuando despierte, la
apariencia del día tendrá el tinte oscuro del dolor con que vivo ahora sin tu
amor.
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