domingo, 26 de marzo de 2017

UN ERROR GARRAFAL CONTRA UN HOMBRE NORMAL

UN ERROR GARRAFAL CONTRA UN HOMBRE NORMAL

Cae EL ESPECTADOR en un error garrafal, muy de colombianos, que es querer ser más papistas que el Papa, al generar, uno de los principales periódicos del país, un editorial con un título rimbombante, desproporcionado para mi humilde opinión, y querer con él señalar y clasificar a los señores Pablo Armero, jugador de fútbol, y al director técnico de nuestra selección, señor Péckerman, como malos ejemplos a seguir y pésimos modelos a imitar, como si no fueran un par de simples seres humanos, con errores y virtudes, porque uno fue convocado a la selección nacional de fútbol después de haber generado un suceso de violencia intrafamiliar, y el otro como técnico, porque lo convocó.
No pretendo hacer apología de la violencia de ninguna índole al insinuar que se están enfocando en un mal momento y acto de una persona, el señor Armero, y con ello generalizándole su imagen pública a la de un maltratador, por no haber pedido excusas a todo el mundo en su momento por su execrable acto, y además parecieran también culparlo por los malos comentarios y reacciones de las personas por las redes sociales contra la periodista que solicito la exclusión del jugador por esos sucesos, sin considerar mientras tanto nadie la opinión más importante en estos hechos, la de la directa afectada, o sea su esposa, con la que creo sigue viviendo, sin consultarle como ha estado conviviendo con semejante fiera. Hoy son dos personas que después de este alboroto mediático van a necesitar de psicólogos y de especialistas para que no se les termine rompiendo el vínculo al recalcarle a ella que vive con un maltratador, y para él al pensar que la reacción que están tomando los hechos es porque es él.
Hasta antes de ese infausto suceso conocíamos a ese jugador, el señor Armero,  como una buena persona, decente, alegre y divertida, de origen extremadamente humilde que se había hecho a pulso en la vida, superando la pobreza y la violencia del medioambiente donde nació y creció; hasta ese suceso era un buen modelo a seguir, quien había encontrado en el deporte la herramienta para salir de esas paupérrimas condiciones por sus propios méritos, igualmente lo conocíamos como una persona disciplinada y esmerada, no de otra forma se puede llegar a esas instancias de su deporte, eran imágenes que la misma prensa exhibía con demasía.
Si se van a hacer juicios morales y éticos contra malos personajes públicos, dedicándole editoriales a grandes títulos en uno de los diarios más leídos del país, se están equivocando de personajes, hay que concentrarse en los verdaderos malos ejemplos, empezando por la clase política y por los dirigentes públicos y privados, ya que tratar de hipócritas, ¿o que significa decirles que no se laven las manos?, a estos señores por lo que han hecho es desproporcionado cuando los malos ejemplos cunden por doquier, empezando en la propia selección donde han habido jugadores que hasta armas han sacado a sus compañeros y por eso no han quedado señalados como bandidos, o que siendo un país laico no dejemos de escuchar a tantos jugadores que dedican sus goles y sus acciones a la gloria de su dios y no al esfuerzo de ellos mismos y al esquema del equipo, o que jugadores que ganándose millonadas de dólares se la gastan en coches suntuosos mientras van violando las normas de tránsito y la ética social.

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