CON CARA DE QUE NOS
COMPROMETEMOS A QUE
Quisiera
sacar a la palestra pública un tema que ha pasado bastante desapercibido en la
jungla de problemas en los que vivimos inmersos, sin entender mientras tanto y
al mismo tiempo la pasmosa pasividad de este gobierno y de la sociedad al
respecto, con todas sus instituciones incluidas, por no salir a rescatar el hecho
que quiero resaltar, y que ha pasado sin pena ni gloria, como casi todo lo
importante entre nosotros, siendo que sus objetivos son tan trascendentales para
todos, además porque todas estas instancias fueron conscientes que, en el año
2000, 189 países adscritos a las Naciones Unidas(NU), entre ellos Colombia,
firmaron los Objetivos de Desarrollo del Milenio(ODM), que consistían en 8 compromisos
para ser cumplidos al año 2015.
Recuerdo que estos compromisos eran:
1.- Erradicar la pobreza extrema y el hambre, 2.- Lograr la enseñanza primaria
universal, 3.- Promover la igualdad de sexos y el empoderamiento de la mujer,
4.- Reducir la mortalidad de los niños menores de 5 años, 5.- Mejorar la salud
materna, 6.- Combatir el sida, la malaria y otras enfermedades, 7.- Garantizar
la sostenibilidad del medio ambiente y 8.- Fomentar una alianza mundial por el
desarrollo.
Comentarles también
que existe ahora una nueva agenda de las NU, con esos mismos países incluidos, y
con ellos, de nuevo, presente Colombia, para ser abordados en los próximos 15
años, o sea con una nueva meta para ser cumplida en el año 2030, y que ahora estos
son 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible(ODS), que no voy a enumerar aquí, pero
que pueden ser consultados en la página de internet de las NU, y que se
desprenden de los 8 compromisos ODM invocados en el año 2000.
Recalcar que
como país hemos podido responder en gran medida a ese desafío, y por lo tanto hemos
podido ir superando varios de esos 8 compromisos originales, pero que ha sido en
el compromiso tercero donde hemos tenido graves inconvenientes, es este
compromiso el que ha generado todo tipo de campañas y de protestas en contra, realizadas
y promovidas por la parte más retrograda de la sociedad colombiana, compuesta
por movimientos religiosos, educativos, culturales y políticos, por todos
conocidos, y quienes absurdamente se creen afectados con estos avances sociales
y culturales, sacando a relucir, por ello, todo tipo de fobias ya sean estas sexuales,
étnicas o de conciencia; y es el compromiso que tiene que ver con la promoción
de las igualdades de sexos y el empoderamiento de la mujer.
Con estas
reacciones desmesuradas se está demostrando el poco poder del gobierno de
turno, la poca cohesión de la sociedad y la baja conexión institucional, lo que
genera que las políticas de Estado se vean subordinadas a intereses personales,
o a que cualquier movimiento minoritario, pero con capacidad de hacer ruido y
daño, se conviertan fácilmente en obstáculo para el desarrollo y el progreso
general.
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