ALCANZANDO LA CALMA
EN EL KARMA
Un hombre solitario, achacoso por
vivir mal, estaba parado al frente de un espejo roto en el baño de un viejo hotel,
donde intentaba verse el rostro para ver en él sus ojos, pero éstos eran un
reflejo perdido por el vapor del agua caliente que salía sin control del grifo.
Aspiraba ver con ellos los recuerdos
perdidos en su mente mientras que sentía como el agua se escurría por sus dedos,
quiso detener por un instante los pensamientos, que en tumulto le invadían,
pero no llego a comprender que al mismo tiempo se le escapaba la vida por el desagüe,
con el agua que escurría, después, todo, en aquel baño, quedo reducido al ruido
incesante del agua que caía por el lavamanos, el que ocupó con su sonido monótono
el silencio de esa extraña muerte.
Al otro día, cuando una mucama de ese
hotel entró a aquel cuarto, con un grito desgarrador confirmo lo que nadie
sabía, que en el suelo yacía el cuerpo de un hombre viejo, muerto y estirado
sobre un charco de agua, ignorante que, en el aire de ese cuarto, en ese mismo
instante, había un alma desesperada, quien volaba para alcanzar su karma, el que
alcanzaba ya estando muerto.
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