TENÍAN EL MISMO
DESTINO
Casi que sin creer, escuchó el ruido que tanto estaba
esperando, aguardo unos cuantos segundos antes de decidirse a hacer algo,
vagaron en su mente los recuerdos de tantos años de vida, de espera y de
ilusiones que morían no bien nacían, sin embargo, se levantó como si fuesen sus
últimos esfuerzos, las fuerzas habían quedado en cada día de espera por este
momento, iba a suceder lo que más anhelaba en lo más profundo de la esencia de
su ser, aun sabiendo que podría ser blanco o negro, si o no.
Cada paso que dio desde la cama, donde permanecía desde hacía
muchos años postrado, hasta la ventana de su habitación representaban una
alegría y una tremenda felicidad interior, sabiéndose cada vez más cerca del
ser que según él poseía la formula milagrosa para poder ser otra vez
feliz.
Divisó por entre las
cortinas vaporosas y traslucidas, como descendía del taxi su amada María.
María Fernández, era aquella a quien Raúl siempre había
amado, intensamente, a su manera, no fue la única pero sí a la que más y en que
forma. Su corazón latía tan
aceleradamente que pensó por un instante que se le iba a detener de repente,
palpitaba con una extraña sensación y lo que estaba viejo, controlado, lo que
creía muerto u olvidado renacía velozmente, la piel arrugada y fría se templaba
y se entibiaba nuevamente recordando antiguas emociones.
Mientras María, caminaba lentamente imaginando lo que
podría suceder al cruzar la puerta de la casa de Raúl, su anterior hogar, su
antiguo nido, paredes que poseían años y años de su existencia, se detuvo por
un momento y vacilo en irse de allí, Raúl que observaba desde la ventana,
comprendió fielmente el significado de aquel momento y creyó morir
instantáneamente, recobrando la vida nuevamente al verla devolverse y tocar en
la puerta.
Éste vivía con una señora, dedicada a su servicio, quien
abrió la puerta, que por ser nueva en el asunto y no conocerla le pregunto con
las formalidades del caso lo que quería, pero María no se detuvo,
impulsivamente entro, no creyó importante el tener que hacerlo, algo
internamente le llevaba adentro de lo que había sido de ella; por lo que la señora
inmediatamente grito:
-
¡Señor, señor, venga rápido, venga a ver
que una señora ha entrado en la casa…¡¡.
-
¡Ya..¡, Guillermina, silencio, déjela
seguir…, Perdona María es nueva y no te conoce..
-
Claro que si, entiendo, no te preocupes…,
¿cómo estas...?, ¿cómo te encuentras...?
Preguntas que desgarraron de un tirón el corazón de Raúl
pues la sintió fría y distante. Quiso
llorar y tirarse a los pies del ser que tanto amaba, pero un impulso
amortiguador dentro de sí lo contuvo y simplemente respondió:
-Estoy bien, ya ves, aquí solo pero bien, y tú como
estas..?.
-Muy bien, feliz y dichosa, viviendo todos estos años
como no pude vivir mientras estuve contigo, he estado conociendo muchas cosas
que me eran desconocidas, aprendiendo nuevas sensaciones, Raúl disculpa que te
diga de antemano todo lo que siento y como vivo en estos momentos, y enterarte
por si lo que estas intentando es en volverme a atraer a ti como antes… ¡.
- No..¡,no, no, no por favor, no estés tan prevenida,
María, por favor te necesito, no puedo vivir sin ti, eres mis alegrías, mi
felicidad, eres mi vida, solo esto quería decirte, que te enteraras por mi boca
que desde el día aquel que te fuiste, hace ya casi diez años, deje de vivir
normalmente, me convertí en un ente desde que descubrí cuanto te amaba, sé que
es muy triste y penoso el decírtelo ahora, pero tuve que sufrir todo esto en
carne propia y así entender también, en parte, cuanto te había hecho yo sufrir
con mi comportamiento anterior, y quiero pedirte perdón por todo, mi amor, créeme
que no encuentro las palabras o las razones que me digan porque tuve que vivir
todo este horror para comprenderte, para saber quien eras, discúlpame,
discúlpame..¡.
Raúl rompió en un fuerte llanto, ante la callada y
asombrada María que no creía ni entendía lo que estaba aconteciendo.
Quiso impulsivamente cogerlo entre sus brazos y
consolarlo como antaño lo llego a hacer, pero no lo hizo, por el contrario,
permaneció estática y muda. Raúl fue
controlándose solo y lentamente, ya calmado siguió hablando.
-
Luego que te fuiste aquella tarde de
Abril no quería volverte a ver y por eso no te empecé a buscar inmediatamente. Permanecí
solo, durante unos seis meses que duré en comprender que había hecho, entendí
los hechos que me conducirían por este camino de dolor y privaciones, pero tú
ya no existías, habías desaparecido de cuanto escenario, sitio o lugar yo
conocía contigo. Solo ayer, cuando
nuestro común amigo Miguel, vino a visitarme, me enteré que estabas aquí de
nuevo, después de casi diez años aparecías de repente, volvías y él me lo
decía, fue entonces que le hice jurar y re-jurar que tú vendrías a visitarme,
para demostrarte todo lo que he cambiado y cuan diferente puede ser todo entre
los dos. Sé que ya no somos jóvenes,
pero con tu fuerza y tu energía podríamos disfrutar lo que nos quede de vida
viajando y gozando por todas partes….
-
¡¡Espera...¡¡, espera Raúl, no te
afanes, con calma; es cierto que vengo resentida y prevenida, pero no va a ser
eso lo que me haga cambiar de opinión sobre lo que pueda pasar entre nosotros
dos. Créeme que me va a doler mas a mí
que a ti el tener que decirte lo que voy a decirte, porque entiendo lo que
puedes estar sintiendo por mí, pero no soy la indicada para comprenderte y
tranquilizarte después de todo lo que me toco pasar y sentir en carne propia,
eras el amor de mi vida en aquellos precisos instantes de mi existencia, ¿cuantos
años me tuviste como un vil instrumento..?, ¿cinco, seis..?, créeme que allí
mataste ese amor que te tenía y no sé si pueda ser mas fuerte o más débil que
el que estás sintiendo en este momento, pero era tan grande que me llevo a
odiarte tanto, que me metamorfosee en otro ser distinto, ¿me entiendes..?¡, ya
no me aproximo a la María que conocías, soy otra, muy distinta..¡, y que ya no
te quiere ni te necesita..¡.
-
¡Oh¡, María, María..¡ como me destrozas,
como me destruyes..¡.
-
¡Un momento, eso sí que no, ¿culpable yo...?¡,
¿insinúas eso...?
-
No..¡, no..¡, no es eso..¡.
María no quiso seguir escuchándolo más, abrió la puerta y
la cerro tras de sí de un portazo tan tremendo que toda la casa vibro del
impacto.
Raúl quedo frío y extenuado, llamo a Guillermina y la
mando a buscar personalmente al doctor Tascón, viejo medico conocido.
Al quedar por fin solo fue hasta el baño de su cuarto,
llenó la tina con agua caliente, se desnudo y con una cuchilla de afeitar se
corto lo más profundo que pudo las venas de las muñecas de sus brazos,
introduciéndose así en la tina, muriendo a los diez minutos desangrado,
sumergido en un agua/sangre tan espesa que su cuerpo flotaba en ella.
Al rato, cuando llego la sirvienta con el doctor, su
cuerpo fue descubierto y la noticia se rego como pólvora, llegando casi que
inmediatamente a oídos de María.
Esta, fue sacudida por tan tremenda noticia, cayó abatida
de dolor y pena, de inmediato se sintió culpable, no había creído a Raúl capaz de
semejante acto, creyó que su desprecio lo iba a llevar a olvidarla, o a
odiarla, pero nunca a que se quitara la vida.
Su desconcierto fue total, la María que había creído
muerta y muy bien enterrada, en lo profundo de su vida y sus recuerdos, fluía a
borbotones haciéndola llorar ese antiguo amor que renacía.
Un
impulso inconsciente y macabro la llevo a querer ver en ese instante el cuerpo
de su ahora nuevamente amado Raúl. Salió
corriendo desesperada hacia la casa de Raúl, las personas que en ese momento
estaban cerca de ella la vieron como salía corriendo como loca, sin prudencia
ni control hacia la calle, se abalanzo a la vía, y no bien puso un pie en esta,
cuando fue atropellada violentamente por un veloz auto que en ese preciso
instante pasaba, matándola en el acto.
La diferencia de tiempo entre una muerte y la otra fue
apenas de unos cuantos minutos, dicen que alcanzaron a ser veinte, lo que llevo
a mucha gente a decir ciertas cosas, como por ejemplo que cuando los agentes de
policía llegaron a hacer el levantamiento del cadáver de ella, notaron que las
facciones de su rostro pasaron de una mueca de terror y tristeza a una de máxima felicidad, intentaron
acomodarle la boca y siempre volvía a posición de risa, también dizque los
cuerpos coincidencialmente fueron puestos uno junto al otro en la morgue, y de
ellos brotó una especie de nube o humo, elevándose y disipándose en el
ambiente.
Se han dicho tantas cosas, pero no de que tenían un
destino común, ellos tampoco lo sabían, porque si lo hubieran sabido estoy
seguro que no hubieran hecho lo que hicieron.
Estoy convencido que,
si Raúl se hubiera decidido a quitarse la vida diez años atrás, le habría
quitado la vida a María también, ¿pero eso ahora, a quien le importa...?
--------------------------------------------------------------------------------------
No hay comentarios.:
Publicar un comentario