Estando adentro de uno mismo, nos encontramos afuera de las visiones y lecturas que realizan los otros de nosotros, aunque parezca algo paradójico es totalmente elemental hacia la concepción de lo que intentamos ser en sociedad, pues son tantas las influencias que recibimos, que parecemos estar íngrimos parados en un espacio abierto cualquiera, recibiendo sobre los cuerpos los embates en forma de gotas de los aguaceros de conceptos e ideas divergentes a las nuestras, quedando al final empapados de pensamientos que nos corresponde entonces filtrar, desechar, considerar y generar para condicionar nuestras maneras de pensar un mundo cada vez más influenciado por contradicciones despreciables.
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