MUCHA DIFERENCIA HAY DE UN TIPO DE REBAÑO A OTRO
Aunque la palabra rebaño sea el común
denominador, bastantes diferencias, abismos y distancias encontramos entre los
significados e implicaciones que existen entre una inmunidad de rebaño, un comportamiento
de rebaño y una disposición de rebaño.
Ya qué, como inmunidad de rebaño podemos
entender que nos debemos comportar cual masa informe de seres inermes,
acostumbrada a ser arriada sin protestar, manteniendo una obediencia extrema y
exagerada, buscando o creyendo encontrar con ello el lugar perfecto donde todos
podamos estar en paz, saludables y con bienestar.
Como comportamiento de rebaño podríamos sugerir que es algo que ocurre cuándo sin criterio propio aceptamos y acatamos argumentos que nos terminan afectando directamente a todos, no importándonos las consecuencias.
En cuanto a la disposición de rebaño, ésta sucede en cuanto nos
encontramos actuando de manera grupal, para bien o para mal, ante cualesquiera
sean los tipos de eventualidades, eso sí siendo éstas sitios y posiciones
comunes, donde la mayoría de las veces se requiere tomar y tener sentido
común, pero actuando de manera racional en asuntos inocuos, y de forma
irracional en temas trascendentes, convirtiéndonos, por tanto, en seres
indiferentes por un lado hacia nuestro propio desarrollo individual, como igual en lo que atañe con el general por
el otro.
En todos los casos, todas estas son definiciones
que matizan desgraciadamente una costumbre inveterada entre la especie humana, la
cual es la de ser extremadamente sumisa por naturaleza comunal, por más que
aparezcan contadas excepciones.
Sin embargo, con lo que está ocurriendo
actualmente entre la humanidad, una denominada mortal pandemia, a raíz de la
aparición de un virus, se están presentando las tres variantes de rebaño que
señalo, donde estamos, las grandes mayorías, aceptando sin protestar los
manejos y las consideraciones que unos cuantos nos están imponiendo y aplicando,
aún sobre criterios cuestionables, remarcando estar ajenos a teorizar sobre
conspiraciones, al encontrar, a través de estos manejos, estar sufriendo en nuestra
realidad variadas consecuencias, sobre todo en lo que respecta a lo económico y
social, mientras que ignoramos, y hasta despreciamos, de paso, otros tipos de
pandemias más mortales, como son la inequidad, muchas formas de injusticias
sociales, el hambre, el odio, las guerras, las fobias y otros tipos de
enfermedades igual o más virulentas que la actual.
Considerando entonces que al final de cuentas lo que ha venido faltando, y fallando, ha sido visibilizar y socializar una fuerte discusión científica y académica, por parte de todas las instituciones públicas y privadas de educación, además de aquellas especializadas en ciencia y salud, del planeta, sean asiáticas, europeas o americanas, para que con ella, y por ella, se refuercen los argumentos que desde la Organización de Naciones Unidos (ONU), por medio de la Organización Mundial de la Salud (OMS), se han terminado imponiendo sobre la mayoría del planeta, o en su defecto para que se analicen, revalúen y modifiquen unos comportamientos, que en muchas partes hemos visto no se han puesto en práctica, o que al menos han sido diferentes, como igualmente para avalar o anular muchos tratamientos alternativos, distintos a las vacunas, ayudando a dar la claridad que toda la humanidad necesita para coordinarse y aceptar actuar como rebaño.
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