ESTAMOS VIVIENDO ENTRE UNA
FALSA TRANQUILIDAD Y SUS AVATARES
La tranquilidad, que
en apariencia es solo uno más
de los variados estados
del alma humana,
en cuanto que la
realidad es apenas un espejismo del pensamiento individual,
viene subyugando y
engañando a demasiadas personas,
quienes simplemente aspiran
a sentirla, como si fuese eterna,
manipulando las
emociones de sus cuerpos,
para que sientan, a través
de ellas, una inmensa y ficticia felicidad,
aun sabiendo que es momentánea
y pasajera, dentro de una tristeza extrema,
la cual se ha ido
expandiendo por el mundo entero,
a raíz, y por medio, de
unos sistemas conceptuales absurdos y sin sosiego,
ocultos debajo de todos
los deberes adquiridos por unos seres humanos
que obligatoriamente tiene
que ser sensibles en la modernidad.
El no tener
conciencia de los avatares que producen los avances impuestos,
sobre las necesidades
generales,
del planeta, la
naturaleza y de la propia humanidad,
por unos modelos de
producción, explotación y consumo,
nos está impulsando hacia
unas sociedades ciegas, que invisibilizan sus actos,
entre la desmesura y
el descontrol de sus acciones,
viendo nacer seres
desproporcionados en sus sentimientos y visiones,
lo cual conlleva necesariamente
reacciones desmedidas
en contra de las responsabilidades
exigidas a una especie que se hace la inconsciente.
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