CADA SER HUMANO ES UN
TAHÚR
Somos muy dados, los
seres humanos, a jugar a los dados,
cambiando fácilmente de
opinión, creencia o posición,
jugando todo el
tiempo a la suerte,
con respecto de lo
que esperamos y pensamos,
en contra de todo
tipo de conceptos, ya sean políticos,
económicos,
religiosos o contra una simple ilusión,
pasando desde el odio
al amor, por ejemplo,
de la injusticia al
perdón, promoviendo, sin inconvenientes,
el derecho social que
a cada quien le corresponde,
hasta el ajusticiamiento
de todo un pueblo por rebelión,
con masacre incluida,
si se da el caso.
De allí que hayamos terminado
siendo dueños de unos cerebros desechables,
con los que
producimos ideas cuestionables,
poseedores de unos espíritus
que se explayan entre principios moldeables,
manteniendo, desde
entonces, un planeta que se hace cada vez más irrespirable,
promoviendo unos
estilos de vida, los cuales vendemos al mejor postor,
aunque sea aquel que nos
ofrezca la idea más rocambolesca.
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