LAS VENAS ABIERTAS DE AMÉRICA
Desde la fría Alaska hasta las estepas de la Patagonia,
América está ahora en manos de banqueros y usureros, por lo que su espíritu no tiene
calma, pues desde que murieron Bolívar, O’Higgins o Sanmartín, no encuentra a
nadie nuevamente que se interese por su penosa alma, o por los intereses que se
cobran por venderla.
Eran otras épocas, cuando los pocos que tenían aún creían en una revolución que hiciera libre a toda una humanidad miedosa de Dios y de sus compinches, pero desde entonces éstos han vuelto por sus fueros y con sus andadas.
Hoy, estos misteriosos y peligrosos personajes son los que mejor representan a sus regiones, haciéndose pasar por camaleones para así vender, al mejor postor, las operaciones en las que exportan los corazones de una América violada y explotada, los que extraen por oscuros socavones como petróleo, oro, plata o cobre, haciéndonos creer que lo hacen para todos, mientras individualmente se hacen ricos a partir de la vida, el agua y la alegría de los desposeídos y descorazonados americanos.
En las cámaras profundas de sus volcanes, desde el Santa Helena en un extremo hasta el de la Tierra de fuego en el otro, es por donde en América se acumulan y bombean los magmas de sus males y problemas por sus venas, en forma de petróleo y minerales, y así ha logrado fatalmente reunir en su superficie a unos pocos mortales, quienes se amalgaman y se afanan para vender, como mercaderes de su lenta muerte, esa sangre que debería alimentar el espíritu de libertad de una América decente.
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