CON LAS CIFRAS CLARAS HAY MÁS CONFUSIÓN

CON LAS CIFRAS CLARAS HAY MÁS CONFUSIÓN

Se equivocan, de cabo a rabo, aquellos quienes hoy pretenden minimizar los males que ahora afectan a una desconfiada humanidad, que lastrada por sus defectos y a la vez herida por los conceptos que de ellos nacen, clama por más igualdad, justicia y ecuanimidad.

Es por esto que pretender decir que la vida de ayer fue mucho peor, o que la de hoy es mejor, es igual que predecir que en el futuro todo seguirá igual, o que a lo mejor mañana puede ser mucho peor.

Ante esto hoy hay expertos que demuestran que la miseria en el medioevo era para todo el mundo y que actualmente solo es para el quince por ciento de ocho mil millones, ¿Cuánto es eso?

Para eso los genios del prorrateo, y de hacer mucho dinero con su conteo, ahora le pueden demostrar al mundo que la pobreza no existe, por más que la tengan dividida en rangos y por clases, qué lo que existen son personajes incapaces de valerse por sus propios medios.

Igual sucede con los magos que diseñaron el actual sistema financiero, son capaces de afirmar, y de firmar ante oneroso notario y con presidente honorario de presente, un acta que constate y que confirme que en la Tierra está latente un sentimiento de agradecimiento y de respeto hacía aquellos qué por hacer dinero, con sus recursos, la han transformado en este tierrero.

Parte de la confusión total de la actual humanidad es lo que algunos otros llaman progreso, avances y desarrollo general, son sucesos que se basan en cifras, frías y concisas, que se exigen como pruebas, y que luego exhiben como muestras contra las otras cifras que demuestran lo contrario a lo que aquellas otras muestran.
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