SIGUIENDO
A UN INCUBO RESISTENTE
Confiando en una aparente calma resilente, en un segundo de
terror de un mundo diferente, un ejército de robots se agrupa alrededor de un líder,
que resulta ser un humano sin corazón.
Los segundos de este momento, se agazapan en la oscuridad de un tormento inigualable, aguardando una explicación de toda una sociedad que no tiene solución a sus problemas, por el contrario, ésta se abalanza con furia, como una lanza que atraviesa el espacio de un vacío desconocido, para proteger a ese líder, aun sabiendo que el resultado final de este delirio colectivo, será la muerte de una humanidad que se acompleja de su suerte.
Es por esto que hoy las calles se están llenando de elementos artificiales, los que aparentan ser remedios esenciales, en los centros de acopio humanitarios, conocidos como ciudades, donde las personas se arremolinan unas sobre otras, para dizque encontrar allí las posibles soluciones, que a la vez se transforman en estos robots, por lo que ahora son esos mismos elementos, los que nos roban en secreto, desde la personalidad hasta el pensamiento, convirtiendo al futuro de las especies, empezando por nosotros mismos, en el incubo que ahora nos guía hacia la muerte.
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