¿Y
DE LAS MAYORÍAS QUÉ?
Pensando en voz alta, ante la noticia de una posible, otra
vez, descertificación de Colombia por parte de los Estados Unidos, debido al
aumento desproporcionado de los cultivos y la producción de Coca, que por el
alboroto que esto ha ocasionado en Colombia, aquí pocos han reparado en las declaraciones
de la WOLA, que son las siglas que identifican a la Oficina de Washington en
Latino América, traduciéndolo burdamente al español, la cual es una institución
gubernamental norteamericana que trabaja por la protección de los derechos
humanos y de las democracias en los países latinoamericanos.
Esta semana en CNN, su director, a la pregunta de qué
opinaba de las fuertes declaraciones del presidente Trump hacía Colombia, este
respondía que no era atacando a un gobierno amigo cómo se arreglaban los
asuntos, que era dialogando, pero a la vez, resaltaba que el tema era más
político que otra cosa, y que detrás de esta insólita presión estaban el
senador Marco Rubio y varios otros republicanos.
Por lo que deduzco, para hilar delgadito, que toda esta
injerencia hace ya parte de las próximas campañas políticas para congreso y presidencia,
donde los enemigos del proceso de paz y del actual gobierno, léase Centro
Democrático, han salido “a pescar en río revuelto”, empezando a llenar de miedo
a todo el país, pintándonos hipotéticos escenarios de violencia, comunismo, castro
chavismo e impunidad; buscando con ello absurdamente torpedear un osado intento
de pacificar a una nación adolorida, pero que esta tremendamente dividida en la
visión y en los objetivos de país.
Porque no podemos soslayar quiénes son los que han venido
trabajando en el asunto desde hace tiempo, pues hemos visto, en los noticieros
y prensa escrita, a los expresidentes Pastrana y Uribe, ir durante el año
varias veces a los Estados Unidos para reunirse con sus amigos republicanos, y aquí
es donde supongo, que no ha sido para ayudar al actual gobierno ni a su mayor
logro, el proceso de paz.
Sin desconocer que en una democracia pueden, y deben, coexistir
todas las variables del espectro político, el meollo del problema son las armas
o las herramientas que las sociedades permitan usar para obtener el triunfo o
el éxito, sea este político, económico o lo que sea. Pues, desde hace tiempo, en
nuestras sociedades, se ha vuelto normal utilizar el engaño para convencer a
los demás, es así como vemos que casi todas las pautas publicitarias son
engañosas, pero el sistema lo permite, y más aquí cuando entre nosotros la
viveza, el matoneo, la fuerza bruta, son vistas como una virtud.
Varios movimientos políticos, con sus líderes a la cabeza,
aun siendo minorías, vienen promoviendo, con sus hechos alternativos, las pos
verdades, que no son otra cosa diferente que verdades a medias, o sea mentiras.
El inconveniente de nuestras sociedades es la gran apatía de
las mayorías, que una sabiéndolo lo permiten y aceptan, por lo que parodiando lo
que creo decía Gandhi, digo que el problema no son los malos, por más minorías que
sean, y que siempre van a existir, lo grave es la actitud de las mayorías, por
lo general los buenos de la película, pero que nunca son los protagonistas de
sus roles ni de sus destinos.
Ante esto, en sistemas de vida como el nuestro, donde se
promueve el lucro y el consumismo y donde tener es poder, estamos condenándonos
nosotros mismos, con nuestra apatía política e indolencia, a estar sometidos
por aquellos que tiene los recursos suficientes para invertir en campañas de
desprestigio y engaño sin sufrir las consecuencias, ni recibir castigo
diferente que llegar, como muchas veces lo han hecho, al poder.
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