domingo, 17 de septiembre de 2017

¿Y DE LAS MAYORÍAS QUÉ?

¿Y DE LAS MAYORÍAS QUÉ?

Pensando en voz alta, ante la noticia de una posible, otra vez, descertificación de Colombia por parte de los Estados Unidos, debido al aumento desproporcionado de los cultivos y la producción de Coca, que por el alboroto que esto ha ocasionado en Colombia, aquí pocos han reparado en las declaraciones de la WOLA, que son las siglas que identifican a la Oficina de Washington en Latino América, traduciéndolo burdamente al español, la cual es una institución gubernamental norteamericana que trabaja por la protección de los derechos humanos y de las democracias en los países latinoamericanos.
Esta semana en CNN, su director, a la pregunta de qué opinaba de las fuertes declaraciones del presidente Trump hacía Colombia, este respondía que no era atacando a un gobierno amigo cómo se arreglaban los asuntos, que era dialogando, pero a la vez, resaltaba que el tema era más político que otra cosa, y que detrás de esta insólita presión estaban el senador Marco Rubio y varios otros republicanos.
Por lo que deduzco, para hilar delgadito, que toda esta injerencia hace ya parte de las próximas campañas políticas para congreso y presidencia, donde los enemigos del proceso de paz y del actual gobierno, léase Centro Democrático, han salido “a pescar en río revuelto”, empezando a llenar de miedo a todo el país, pintándonos hipotéticos escenarios de violencia, comunismo, castro chavismo e impunidad; buscando con ello absurdamente torpedear un osado intento de pacificar a una nación adolorida, pero que esta tremendamente dividida en la visión y en los objetivos de país.
Porque no podemos soslayar quiénes son los que han venido trabajando en el asunto desde hace tiempo, pues hemos visto, en los noticieros y prensa escrita, a los expresidentes Pastrana y Uribe, ir durante el año varias veces a los Estados Unidos para reunirse con sus amigos republicanos, y aquí es donde supongo, que no ha sido para ayudar al actual gobierno ni a su mayor logro, el proceso de paz.
Sin desconocer que en una democracia pueden, y deben, coexistir todas las variables del espectro político, el meollo del problema son las armas o las herramientas que las sociedades permitan usar para obtener el triunfo o el éxito, sea este político, económico o lo que sea. Pues, desde hace tiempo, en nuestras sociedades, se ha vuelto normal utilizar el engaño para convencer a los demás, es así como vemos que casi todas las pautas publicitarias son engañosas, pero el sistema lo permite, y más aquí cuando entre nosotros la viveza, el matoneo, la fuerza bruta, son vistas como una virtud.
Varios movimientos políticos, con sus líderes a la cabeza, aun siendo minorías, vienen promoviendo, con sus hechos alternativos, las pos verdades, que no son otra cosa diferente que verdades a medias, o sea mentiras.
El inconveniente de nuestras sociedades es la gran apatía de las mayorías, que una sabiéndolo lo permiten y aceptan, por lo que parodiando lo que creo decía Gandhi, digo que el problema no son los malos, por más minorías que sean, y que siempre van a existir, lo grave es la actitud de las mayorías, por lo general los buenos de la película, pero que nunca son los protagonistas de sus roles ni de sus destinos.
Ante esto, en sistemas de vida como el nuestro, donde se promueve el lucro y el consumismo y donde tener es poder, estamos condenándonos nosotros mismos, con nuestra apatía política e indolencia, a estar sometidos por aquellos que tiene los recursos suficientes para invertir en campañas de desprestigio y engaño sin sufrir las consecuencias, ni recibir castigo diferente que llegar, como muchas veces lo han hecho, al poder.
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