NO ES IGNORANCIA NI INGENUIDAD, ES INCAPACIDAD

NO ES IGNORANCIA NI INGENUIDAD, ES INCAPACIDAD

Intentar explicar de donde nace tanta corrupción en nuestros países, es casi lo mismo que tratar de demostrar la existencia de Dios, o entre nosotros, implicaría darle a los Nule la razón, cuando para justificar su comportamiento de delincuentes, aseguraron que ésta era inherente a todo ser humano .

Por eso, como países, o comunidades, deseosos de progresar, y sin que ésto implique o suponga aceptar las actuales reglas del desarrollo de las sociedades capitalistas, como humanidad, debemos intentar encontrar otros mecanismos diferentes a los que actualmente aceptamos como validos o necesarios, para que los individuos, o los partidos políticos que los respaldan, no se terminen aprovechando del poder momentáneo que adquieren, al ser nombrados o elegidos para cargos públicos, porque igualmente nos toca aceptar que ésta realidad no solo ocurre en Colombia.

Aunque la corrupción es una realidad que siempre ha estado acompañado los avances de las distintas sociedades, es una verdad de a puño que se ignora por ingenuidad, ya que desde el principio, casi que como un patrimonio implícito a la condición humana, dudamos pensar el que sea posible que alguien con poder político y financiero, sin necesidades económicas, con educación privilegiada y sabedor de las realidades de los que afecta con su acto corrupto, aun así, sean éstos capaces de engañar y de robar.

Pero manteniendo unos sistemas educativos que proyecten al individualismo como un beneficio universal, convirtiendo al comunismo, al cooperativismo, al socialismo, o a todo aquello que lo parezca, como algo negativo; y al egoísmo en algo positivo, va a ser muy difícil, por no decir imposible, que la más mínima oportunidad de movimientos comunitarios se desarrollen o se arraiguen como métodos posibles de progreso, sin tener que darles los tintes de movimientos políticos que riñen con las democracias.

Mientras sigamos ignorando los contextos donde se forman las actuales realidades, o sea mimetizando las verdades, y ponderando por eso las mentiras, aunque ellas se reconozcan desde el mismo momento en que se plantean, vamos a seguir inmersos en los mismos problemas y dilemas.

Porque no podemos seguir aceptando, para intentar demostrar que estos sistemas comunitarios no funcionan, solo ver hacía lo que ocurre en Venezuela o en Cuba, donde por diferentes circunstancias no han funcionado, porque si viéramos lo que ocurre en Noruega, Finlandia, Suecia, Dinamarca, o en aquellas otras sociedades que practican la democracia con el Socialismo de Estado, nos daríamos cuenta de lo mucho que progresan éstas y de como nos están manipulando aquellos a quienes beneficia nuestra ignorancia e ingenuidad.

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