DAÑOS
COLATERALES
Sin ningún intento de cambiar, desde siempre, en el corazón
de la indolente humanidad, ha existido una guerra permanente, entre la fuerza
bruta del poder establecido, con sus secuelas de errores, que jamás han querido
conciliar con otras realidades.
En contra del espíritu renovador de las nuevas ideas y las razones, que al final siempre terminan plegándose ante la muerte y el dolor que les imponen, por más historias que conozcan o por más verdades que contengan.
El saber que esto ocurre, hasta ahora, no ha sido motivo suficiente para que la inconsciente humanidad quiera modificar este destino, conocido desde siempre, donde la pobreza y la muerte de millones, sin remordimientos de ninguna clase, se han convertido en los daños colaterales que los demás deben admitir para tener sus buenas vidas.
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