domingo, 24 de septiembre de 2017

EL PODER SUPREMO DE LAS MINORÍAS VERSUS LA DESUNIÓN DE LAS MAYORÍAS

EL PODER SUPREMO DE LAS MINORÍAS VERSUS LA DESUNIÓN DE LAS MAYORÍAS


Es evidente que, en el mundo de hoy, las minorías están viviendo una situación de extremos preocupantes, al encontrarse en una confrontación permanente entre ellas y con las mayorías, por exceso de razones absurdas o por defecto de motivos valederos, contra la realidad de una humanidad que ahora se cree más civilizada que antaño, pero en donde, esta errónea apreciación, no ha sido suficiente para detener las injusticias que algunos promueven, y que parecían, hasta hace un tiempo, estar bajo control y hasta en tendencia de mejorarse, pero que últimamente han vuelto a manifestarse y multiplicarse por todas partes.
Por un lado, ciertas minorías poderosas están destrozando a los partidos políticos, agobiados por los malos manejos y la corrupción, con la esperanza que sin ellos puedan imponer sus postulados, por lo general de extremismos de derecha, por lo que han logrado que ahora todo lo que parezca liberal o progresista sea tildado de montonero o comunista, siendo liderados, estos, por adalides violentos que generan fanatismos entre sus huestes, pero rechazos y temores entre sus adversarios, que no por eso deben verse ni tildarse como enemigos.
En el otro extremo, está la dura realidad del resto de las demás minorías, desde las étnicas, sexuales, hasta las religiosas, que se debaten en la miseria y en el terror, sin que el conocimiento, y la capacidad de raciocinio, adquiridos por la humanidad después de tantas buenas y malas experiencias, logren explicar o controlar sus efectos perniciosos.
¿Cómo lograr aglutinar a las mayorías, en contra de estas tendencias peligrosas y perniciosas para el mundo?, esa es la pregunta que nace de esta absurda situación, ya qué, aunque se suponga que el sentido común y la lógica primen en las grandes mayorías, sobre los análisis de los factores que producen los hechos que las afectan; en cuanto a la resolución de los mismos, éstos no se rigen por el sentido común ni por la lógica de esas mayorías, si no por los beneficios que le deparan a ciertas minorías, quienes, mientras ostentan el poder, las aplican a rajatabla, así sea en contra de la realidad de los millones de desposeídos, o de la verdad que se desprende después de tantas injusticias.
El resultado final, a esta incapacidad de unión general de la humanidad, es la actual moda de poder decir tantas mentiras, como si fueran asuntos inofensivos, y sin tener temor a las consecuencias ni a recibir ningún castigo por hacer vivir tan mal a las mayorías.
¡Y lo que es peor, sin ninguna consecuencia ni reacción de éstas!
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