PARA
LOS OPRESORES DEL FUTURO
En toda la humanidad, cada día crece más una inquietante sensación
de desamparo y confusión, pues los principios básicos de la buena vida ya no
existen, ni menos funcionan como regla universal.
Esos principios, que antes eran aquellos en los que todos podíamos
creer al tener las mismas oportunidades para crecer, disfrutar y progresar, se
han venido feriando y transformando en distintas formas de trabajos, para restablecer
con ellos otros estilos de esclavitud, de una manera soterrada pero legal, donde
es declarado como ilegal cualquiera que se oponga a estos tipos de manejos.
Mientras que, entre telones, sea en la ONU o en la Luna, se
vienen definiendo decisiones que se deberían tomar de cara a todas las naciones.
Son ciertos hombres, con muchos poderes para estar en pocas
manos, quienes, ignorantes de las opiniones de otros tipos de sociedades,
asumen que el destino general, el de toda la humanidad, debe seguir siendo este
mismo, en el que ahora estamos, donde lo material prima sobre la vida en
general, sin saber por cuánto tiempo más.
Peor aún, que con ellos nos estamos acercando lentamente a
un desfiladero profundo y negro, del que no podremos regresar, y que a la par, sabiendo
que con él también nos vienen oprimiendo el futuro, convirtiéndolo en la
pesadilla actual.
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