EL
DÍA QUE COMPRENDÍ QUE ERA FELIZ EN UN CIRCULO VICIOSO
Cierto día, hilando palabras para hilvanar ideas concretas, me topé con un punto exacto de la mente, aquel en donde nacen las mejores de ellas.
Al principio no lo comprendí, pero con el pasar del tiempo era evidente que lo que pensaba allí luego se materializaba en las frases precisas con las que quería exponer esas ideas.
Entonces, después del asombro inicial, fue total el
entendimiento de ese crucial momento, pues entendí que dependía de la mente de cada
cual las palabras que se piensan y las frases que se concretan, pues con ellas
se generan los pensamientos incipientes, sean malos o buenos, pero con los que se
irán alimentando los espíritus personales, para después con ellos mismos destilar
odio o amor; lo que dependerá del entorno con el que se rodee cada quien.
Por suerte, para mí, el origen de los pensamientos se
transformó en los felices sentimientos que siento desde que tengo a mi lado a
mi mejor amiga, y al mismo tiempo, al hacernos felices esos momentos, con ellos
hemos caído en un delicioso circulo vicioso, el que cada noche nos conduce a
nuestro tibio lecho.
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