martes, 15 de noviembre de 2016

LLENÁNDOSE DE MONSTRUOS

LLENÁNDOSE DE MONSTRUOS


En las calles de cualquier ciudad del mundo, hoy se ven caminar monstruos indiferentes por ellas, los semejantes que los miran, que esperan sigilosos, cada uno en su guarida, aguardan sin embargo el momento preciso para, ya sea él o sean ellos, dar el zarpazo exacto en la yugular del enemigo.                                                                         
Es tan azarosa la situación que se vive en este planeta, que los dioses, los que se inventaron para dominar incautos, se les han escondido a sus pastores de humanos, porque ya no pueden coexistir en esta tierra arrasada, en donde todos se han convertido en objetivos de todos, para ser explotados, desmembrados, consumidos y destruidos.                                                                                                   
El olor a muerto es penetrante, asfixia, mientras que el miedo al dolor no permite la más mínima alegría, aquí el amor es un ave de mal agüero y cualquier emoción, distintas a la rabia, odio, ira o maldad, se deben erradicar, porque son gabelas que no se deben dar, cuando la intención es, a duras penas, sobrevivir.                  

Soñar ya no se puede, intentarlo es suficiente para perder la vida, así que se debe ser fuerte, como un monstruo, de los que se está llenando la tierra.


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